El hambre prevalece en Anoeta

El estado de necesidad es siempre un motivo para disputar la victoria hasta un extremo agónico. Ayer, en Anoeta, fue además una razón que acabó por definir el partido. El Racing se jugaba la anteúltima bala para resolver el duelo de la promoción, mientras la Real Sociedad apenas aspiraba a una discreta despedida ante un público volcado. Al fifial, prevaleció el hambre y el Racing hizo valer su ley del deseo ante una Real Sociedad un tanto saturada. El equipo santanderino jugó al principio con decisión y se plantó en dos ocasiones ante la portería de Alberto: a la segunda encontró el fruto deseado. Para entonces, la Real Sociedad apenas se había desperezado de la tranquilidad reinante.

A partir del gol de Radchenko todo se desarrolló de forma previsible. La Real dominó el balón, el de juego y los espacios pero el Racing le esperaba en su guarida con una acumulación notable de defensores. En realidad, se trataba de una defensa feroz de la victoria y un ataque deslavazado de la Real.