El Valencia destituye a Parreira tras empatar con el Albacete
El técnico brasileño había renovado su contrato por un año hace sólo una semana
El presidente del Valencia, Francisco Roig, decidió en la mañana de ayer destituir al entrenador del equipo, Carlos Parreira, una semana después de que éste renovara su contrato con el club valenciano para la próxima campaña. Fiel a su populismo, Roig ofreció la cabeza de Parreira a sus aficionados después de que éstos la reclamaran insistentemente tras el empate en el partido de ida de la semifinal de la Copa del Rey disputado el miércoles en Mestalla ante el Albacete (1-1). José Manuel Rielo, hasta ayer segundo entrenador, se hará cargo del grupo hasta que finalice la temporada. "He hablado con Parreira", dijo Roig, "y hemos llegado al acuerdo de que lo mejor para el Valencia es rescindir el contrato. Quiero que sea un revulsivo para llegar a la final". Rielo, que ya substituyó a Guus Hiddink la pasada campaña, carece del título de entrenador nacional, por lo que, según la normativa, sólo podrá dirigir oficialmente al colectivo durante 15 días. "No es la solución", dijo, lacónico, Pedja Mijatovic, que como el resto de jugadores se manifestó públicamente en contra de la destitución.Salvo que Parreira acepte lo contrario, el Valencia deberá abonarle cerca de 220 millones de pesetas, a razón de 110 millones por la presente campaña y otros 110 por la siguiente. Con esta destitución y ante las pocas opciones de entrar en competición europea, la situación económica del club es alarmante. Hasta el punto de que la entidad recurrirá al dinero de los abonos de la próxima campaña para saldar sus compromisos con jugadores y técnicos. El club, en cambio, le ofreció ayer la posibilidad de continuar al preparador físico, Morací Sant'Anna, y éste pidió tiempo para pensárselo.
La marcha de Parreira acarrea el desmoronamiento de todo un proyecto para los próximos años. Hasta cuatro fichajes (Viola, Sietes, José Ignacio e Iñaki) ha efectuado el Valencia siguiendo las consignas del técnico. El más conflictivo es el del delantero brasileño Viola, cuya adquisición fue una apuesta de Parreira. Otro jugador ligado al técnico es Mazinho, convertido en las últimas jornadas en el blanco de las iras del público. "Lo peor ahora es el legado que nos deja Parreira", dijo ayer un consejero, "¿para qué queremos a Mazinho, y qué decir de Viola". El Valencia pagará al Corinthians cerca de 500 millones por el jugador.
Un polvorín
El consejo de administración del Valencia es un polvorín. La mayoría de los consejeros se enteraron de la destitución por los medios de comunicación. Cuatro de ellos (Guillermo Miralles, José Gascó, Enrique Roig y Juan Vicente. Jurado) se enfrentan abiertamente al poder absoluto del Roig y de su mano derecha, el secretario técnico Jesús Martínez. Los consejeros discrepantes reclamaron ayer la destitución de Martínez, cuñado de Roig. Martínez, principal artífice del fichaje de Parreira, presentó su dimisión.Carlos Alberto Parreira (Río de Janeiro, 1943) llegó a Valencia el pasado mes de agosto procedente de Estados Unidos, donde acababa de proclamarse campeón del mundo con la selección de Brasil. Su absoluto desconocimiento del fútbol europeo, sin embargo, le reservaba un oscuro tránsito por la Liga española.
El club con el tercer presupuesto del campeonato es undécimo en la Liga, con 35 puntos y un negativo. Parreira lo fió todo a la Copa del Rey, pero el empate del miércoles colmó la paciencia del presidente, que era casi su único valedor. La hinchada ya lo había condenado con anterioridad. El espíritu conservador y la escasa imaginación del técnico ni siquiera fue compensada por la eficacia de los resultados. Las peñas valencianistas tenían previsto manifestarse hoy en Mestalla para reclamar la destitución del brasileño. El presidente se les ha adelantado.
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