El Valencia hace sufrir al Sporting
El drama del Sporting continúa. Ganó un partido, pero sufrió como nunca. Fue un choque con todos los alicientes del fútbol, menos uno: el buen juego. Al Sporting le salvó su frescura inicial, un gol de bravura, un par de postes milagrosos y sobre todo la indolencia de un Valencia que parece estar fuera de la Liga. El tramo final fue dramático, con el Sporting acobardado con el discurrir del partido y los malos recuerdos de tantos puntos que se esfumaron en los últimos minutos. Los dos se quedaron esta vez en casa, pero el nuevo parte de bajas es aterrador: Ablanedo, al que volvió a rompérsele la rodilla, para largo, y Muñiz, Pablo y Dani Bouzas para la próxima final, en Tenerife.El Sporting, maltrecho y diezmado por la batalla del Vicente Calderón, volvió a apelar al orgullo para buscar un poco de oxígeno que le devolviese a la vida liguera. Con seis negativos y cuatro titulares fuera, el talante del partido estaba cantado: presión, presión y más presión para borrar la superioridad técnica del Valencia.
Cuando ese entusiasmo había recibido compensación y El Molinón vibraba con un partido abierto, pero favorable, otro golpe duro, seco, claramente reconocible desde hace años en el sportinguismo: Ablanedo voló para atrapar un balón por alto y en la caída su rodilla derecha volvió a crujir. Lo que faltaba.
En el segundo tiempo el Valencia pareció mucho más, pero fue sólo eso, apariencia. Simplemente se aprovechó del abandono del Sporting, consecuencia de su miedo. Pero nada cambió.
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