CAPRICHO PREELECTORAL
Benito Pérez Galdós dejó escrito: "Todo el lujo que aquí hay lo ha puesto la naturaleza", refiriéndose al esplendor de la península de la Magdalena, en Santander. La guinda la puso el sábado el Ayuntamiento, presidido por el popular Manuel Huerta, quien antes de abandonar la política, tras las elecciones, decidió oficiar la primera de las bodas civiles en el fastuoso Salón de la Reina, que se pretende que, entre otros fines, sirva de escenario para estas ceremonias. Huertas hizo que los contrayentes, la santanderina Marta Gutiérrez, de 28 años, experta en marketing, y el leonés Joaquín Ulloa, de 39, profesor de la Complutense, entraran en el salón del palacio envueltos por la música de Wagner para ocupar sendas sillas estilo genuinamente inglés pertenecientes al comedor de gala que utilizaron los Reyes de España desde que en 1913 hasta la primavera de 1931 tomarán posesión de su residencia palaciega. Un mes antes de que el regio edificio, tras una rehabilitación que ha costado 4.500 millones, sea inaugurado posiblemente por el rey Juan Carlos, los novios, fueron los primeros ocupantes de la emblemática estancia, teniendo ante su vista dos imágenes: el busto de la princesa Ana de Battemberg y el del mismo alcalde firmante del acta matrimonial, que había pedido a los novios que adelantaran la boda para poder protagonizar él el acto.
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