_
_
_
_

El Unicaja da el primer golpe en Barcelona

Robert Álvarez

Inapelable. El Unicaja se agarró a la final con un descaro que disipó el menor asomo de escepticismo en torno a su iniciático viaje. Su baloncesto es tan capaz de enamorar como de poner del revés el santuario de un equipo tan favorito y lujoso como el Barcelona. Así lo demostró ayer en un compromiso de altos y desconocidos vuelos para él.Juegan rápido, juegan duro, no tienen complejos y son letales. Hay final. Babkov es incontrolable. Lo fue ayer para Crowder y Jiménez. Miller impresiona bajo los aros, dice no tenerle miedo ni a Sabonis, y a fe que habrá que creerle. Ansley asegura ser el mejor 4 de Europa. Tal vez exagera. Pero redujo los daños de Middleton a proporciones discretas. Rodríguez no está lejos de los mejores bases españoles de los últimos tiempos. Se encuentra a gusto con la velocidad de crucero que le exige su técnico Javier Imbroda y distribuye el balón de tal manera que, a poco que cooperen sus compañeros, surgen dos, tres posiciones idóneas para el lanzamiento. Sus reservas -Reyes, Ruiz y Ávalos- no poseen el talento de los titulares pero aportaron puntos y rebotes y mantuvieron el ritmo. Todo ello adobado por una inteligente dirección de Imbroda -lúcido en la elección de los momentos para ordenar una defensa mixta y las sustituciones-.

El partido perteneció al Unicaja. No hubo momento en que el Barcelona encontrara por donde meter el cuchillo. Se estrelló contra la defensa hiperactiva y de anticipación de los malagueños. No encontró canasta, ni posiciones francas para el tiro. Eso en ataque. En defensa, los azulgrana trataron de negarles las posiciones de tiro a Miller y Ansley. Empezaron haciéndoles dos contra uno pero tuvieron que claudicar. Cada balón retrasado de los pivots americanos suponía ejecuciones sumariales por parte de Babkov, Rodríguez, Bosch o Ruiz. No importaba quién, todos se apuntaban a la fiesta. El Unicaja sólo pasó un pequeño bache. Pero fue sencillamente superior, sin paliativo alguno. Unicaja dio el primer, gran e inesperado golpe de la serie.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_