_
_
_
_

El Depor se queda con las migajas

El equipo de Arsenio fue más solvente que el Barça en el partido de consolación

Xosé Hermida

El Deportivo se quedó con los despojos. Eso era lo que se ispuiaba anoche en Riazor, los restos que van cayendo de la mesa donde el Madrid cele bra su banquete. En la pugna, el Deportivo fue más solvente. Agarró muy pronto su botín, cuando sólo iban cuatro mi nutos de juego, y a partir de entonces se dedicó a guardar lo con, paciencia, sin cometer despistes. El Barca, golpeado tan pronto, ya no se levantó. El baby boom prometido por Cruyff durante la semana para poner remedio a la ruindad del juego del Barça se quedó al final en un amago. De los dos chavales convocados, sólo Roger compareció en el conjunto inicial, aunque tras el descanso, cuando la noche ya estaba pintando muy mal para los azulgrana, también Arpón tuvo su oportunidad. El holandés guardaba otra sorpresa, en esta ocasión de mayúscula: la suplencia de Koeman, junto a Bakero una de las últimas vacas sagradas que aún le quedan.

Aunque el partido estaba devaluado por la maltrecha condición de los dos supuestos aspirantes al título, el público y los futbolistas coruñeses se lo tomaron como una cuestión de honor. No lo parecía, pero había en juego cosas importantes: los puestos de la UEFA, que a estas alturas son ya el único refugio de gallegos y catalanes para no convertir la temporada en un desastre.

El Deportivo safió extraordinariamente concentrado en su misión, mientras que el Barcelona tenía toda la cara de los que se sientan esperando acontecimientos. Lo pagaron caro. los azulgrana. Bastó que el Deportivo robara su primer balón en el centro del campo para que la defensa del Barça quedase descolocada y llegase el penalti y el gol tempranero.

Iban sólo cuatro minutos y el Depor ya había roto la cuerda. El momento ideal para que los de Arsenio rebuscasen en su manual de instrucciones. Cedieron la pelota al Barca, se pertrecharon en el centro del campo y a esperar que el rival se aburriese de girar la noria sin encontrar huecos. Cruyff edificó el mejor Barça de la historia sobre la ideología del disfrute del balón. Pero para los retales que quedan un lustro después, el balón es casi un estorbo, un objeto robotizado cuyo desplazamiento está reñido con el ingenio. El problema del Barça no es ya la falta de espíritu o su célebre tendencia a la desorganización. Lo peor es el. aire de mediocridad, de falta de imaginación que destila aquella antigua fábrica de sueños.

El Deportivo pudo resolver el partido en la primera parte sin más alardes que los maravillosos pases de Fran. A los coruñeses les bastó la disciplina y la astucia en el contragolpe. Lopetegui se rehabilitó en dos mano a mano con Bebeto y el propio jugador brasileño envió un disparo a la base del poste.

Los de Arsenio perdieron fuelle en la reanudación, hasta acentuar su vocación defensiva a cada minuto. El Barca aprovechó para ordenar un poco sus filas.

El equipo de Cruyff nunca llegó a parecer peligroso de verdad , pero al menos pisó el área, lo que. no había hecho en toda la primera parte. Y el debutante Arpón aportó al menos algunas gotas de ingenio por la banda izquierda. Pero no había munición para intimidar. Sin otra solución, Cruyff recurrió a Koeman, pero ni siquiera hubo faltas cerca del área. La expulsión del entrenador holandés, todo un símbolo de la decadencia de un equipo que se ha metido en un buen apuro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_