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Jaque mate a base de toques

El juego. Los dos equipos iniciaron con el mismo planteamiento el encuentro. Sus estilos de juego intentaron parecerse mucho. La diferencia está posiblemente en el nivel individual de que dispone cada uno. Ambos quieren controlar el esférico, desean jugar más en campo contrario que en el propio y marcar el ritmo que más le conviene. El Tenerife lo intentó y luchó durante los primeros minutos para que así fuera, pero poco a poco fue cediendo ante un rival más potente. Para el Real Madrid fue más fácil. Cometía menos errores, disponía durante más tiempo del balón y su buena colocación en el terreno le garantizaba controlar a su enemigo con más tranquilidad. Al equipo merengue le bastó con estar concentrado los 90 minutos y no dar respiro a un rival que a buen seguro se lo hubiese puesto difícil si consigue acertar con el ritmo que le convenía. Dos toques. Qué sencillo parece. Qué agradecido es para el espectador que entiende de fútbol. Pero la realidad es bien distinta. Para poder jugar dando al balón dos toques, control y pase, se necesitan dos cosas importantes y muy difíciles. La primera, una altísima condición técnica; la segunda, movilidad y ayuda de tus compañeros: Con la técnica disponemos de la seguridad para controlar y mandar el balón donde queremos o introducirlo por el hueco que en décimas se consigue crear.

Dentro de este apartado influye también la visión general del encuentro que tiene cada jugador en particular. Con la ayuda de tus compañeros encontramos facilidad para sobrepasar al adversario, para no arriesgar en el pase y, sobre todo, porque se consiguen más opciones dónde elegir para pasar el esférico. El Real Madrid demostró ayer como se debe jugar a dos toques y además buscando siempre la profundidad. Experiencia. Una jugada extraña. Buyo sale de su portería tras un balón largo y hacia una posición en donde no tenía ninguna ventaja. En la lucha por el balón entra también Mata. El jugador local consigue apoderarse del balón y da un buen centro. La lucha por ese balón era importantísima desde ese momento. Juanele y Chendo son los jugadores que están situados en el punto hacia donde se dirige. ¿Quién será el que lo consiga? La experiencia dio instrucciones al madridista sobre qué debe hacer en ese instante. Primero, ocupar un espacio que te permita controlar al adversario. Segundo, asegurarse que si él no llega al balón nadie más puede hacerlo. Así lo hizo, primero colocó el cuerpo entre la portería y Juanele, y después consiguió despejar.

Lo más importante fue que su rival no dispuso de ninguna opción para poder alcanzar el cuero en ningún momento.

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