Méndez se presenta a la elección de secretario general de UGT con el 54% de los delegados

Los 800 delegados ugetistas tienen hoy la última palabra. Estrenando la votación individual y secreta, y en medio de un crispado enfrentamiento, elegirán al nuevo secretario general de UGT. Los dos candidatos a encabezar el sindicato, Cándido Méndez y Manuel Fernández, Lito, tienen pocos puntos de coincidencia, aunque ambos confían en que la votación secreta les dé el triunfo. El proceso precongresual, similar a unas elecciones primarias, ha dado a Méndez una cierta ventaja. Pero la votación definitiva es hoy y todavía puede producirse alguna sorpresa.

Méndez ha obtenido el respaldo de 431 delegados y Lito el apoyo de 369 en los centenares de congresos previos celebrados en las distintas organizaciones del sindicato en los dos últimos meses.Este congreso extraordinario tiene un único punto en el orden del día: la elección del nuevo secretario general y de su ejecutiva (ver gráfico). No habrá ningún debate sobre política sindical ni se analizará la estrategia pasada y futura. Se trata de cerrar una crisis abierta en el sindicato cuando se cumple un año justo de su congreso ordinario, en el que se produjo la retirada de Nicolás Redondo.

El detonante de este congreso extraordinario es la fractura creada en diciembre pasado por los tres disidentes de la dirección: José Luis Daza, Gustavo Gardey y Dionisia Muñoz. La alianza de esos dirigentes y de sus organizaciones de origen (Madrid y Valencia) con el sector que aglutina Lito desembocó en una votación en la que se debía ratificar la destitución de los tres disidentes y que Méndez perdió al no reunir los dos tercios de los votos preceptivos del comité confederal.

En medio de ese profundo enfrentamiento, el encuentro del miércoles entre Lito y Méndez parece haber dado sus frutos. Ayer los dos sectores lograron un consenso sobre cómo se desarrollará el congreso de hoy. Tras la elección de la mesa que gobernará el encuentro, habrá una breve intervención e Méndez y hablarán tres dirigentes en representación de cada una de las candidaturas.

También se ha llegado a un pacto en la comisión de credenciales y entrarán al congreso todas las delegaciones presentadas, sin que exista ninguna impugnación. Las listas serán abiertas y si algún miembro de la candidatura ganadora no alcanza la mayoría absoluta (51%), habrá segunda vuelta.

En principio, parece que todo se puede desarrollar de forma ordenada. No obstante, está previsto que acudan grupos de militantes partidarios de cada uno de los candidatos a los alrededores del edificio en e se celebra el congreso. Y existe el riesgo de que se produzca algún incidente.