El Madrid B saca el bisturí
El Getafe cae derrotado ante la precisión del juego blanco
Fue un trabajo fino, limpio, preciso. El Madrid B se puso los guantes de acariciar balones y diseccionó al Getafe con delicadeza, con escasa sudoración y notable toque. Los dos equipos acudieron hermanados por la vecindad, la vocación ofensiva y la cercanía en la tabla. Pero las diferencias no tardaron en emerger. La precisión de los merengues contrastó con el atropellado juego local. Liderados por Fernando, los blancos abrieron en canal al Geta y le endosaron un marcador muy doloroso para un equipo adicto al empate y no muy acostumbrado a este tipo de afrentas. Los getafenses salieron abollados del choque. Los blancos, renovados.Ya en los primeros compases del partido se apreció que los madridistas venían elegantes en el toque y el pase largo. Su primera incisión llegó a los ocho minutos: una opción de ataque de Arteaga llegaba a las botas de Dani que, inmisericorde, fusilaba a Caballero.
La virtud de los blancos estuvo en su audacia: lejos de encerrarse, siguieron manejando la pelota y no cejaron hasta conseguir el segundo tanto. Mientras, el Getafe se mostraba desarbolado, sin centro del campo ni rumbo concreto. Hasta el minuto 38, no conseguía trenzar una jugada coherente con la calidad que atesora el cuadro de Sánchez Duque. La protagonizaban, cómo no, Guerrero y Gonzalo. La única ocasión de gol llegaba a balón parado, en una falta que Villa remataba a la media vuelta, a lo Zamorano.
Con la reanudación llegó el movimiento de piezas. del técnico local, unas permutas que no contribuyeron a embellecer el panorama. Salía Argenta, entraba Peña y la cosa quedaba en un 5-3-2. Guerrero, colocado entre líneas, no supo qué hacer en su nueva demarcación. El jugador madrileño, ideólogo del pase largo en campo ancho, se encontró bregando en espacios cortos. Mientras, el juego por las, bandas, arma tradicional del Getafe, quedaba anulado sin su presencia. El problema no era, como de costumbre, la falta de un ariete: fallaba la zona de creación, anestesiada.
Con el Getafeadelantado, el Madrid se recreó en jugadas al contragolpe. La calidad individual de Fernando y compañía, propició los mejores momentos de fútbol. Tras el gol de Gómez, el Madrid se embolsó el bisturí. Dejó al Getafe maltrecho.
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