La Policía cerró el Bernabéu por exceso de aforo

El Bernabéu se llenó más de lo debido. Hasta tal punto, que la policía se vio obligada a cerrar las puertas del estadio cuando aún no habían accedido al recinto todos los abonados. Se calcula que entraron sin billete, con la complicidad de unos cuantos porteros que pasaban a la gente al precio de 1.000 pesetas, unos 8.000 aficionados. "Pudo ocurrir una catástrofe", aseguró Damián Sedano, el delegado gubernativo para la seguridad del estadio. "Estaban colapsadas las escaleras, los vomitorios y las salidas de emergencia", añadió para justificar su decisión de cerrar las puertas del campo.

"A las 4:45 horas", explicó Sedano, "se nos comunicó que el papel se había acabado y que el aforo del estadio estaba completo. A los pocos minutos detectamos exceso de aforo en el tercer y cuarto anfiteatro y cerramos cinco puertas, las mas conflictivas (48, 50, 51, 53 y 60). Posteriormente, se repitió el exceso de aforo en las gradas de los fondos y decidimos cerrar todo el estadio. La medida era impopular, pero indispensable".

La policía ya sabía desde el principio de temporada que algunos porteros consentían el acceso al recinto a cambio de determinadas cantidades de dinero. Pero necesitaban cazar in fraganti a los estafadores. Ayer lo consiguió: dos porteros fueron sorprendidos (uno de ellos con 22.000 pesetas en el bolsillo) e identificados. Del club depende ahora presentar o no denuncia contra ellos.

Los grandes perjudicados del asunto fueron los abonados (al tener el asiento asegurado son los últimos en acudir al campo), muchos de los cuales se perdieron el partido. "Pido disculpas a los afectados", indicó Sedano, "pero había que velar por la seguridad".