Olga Manzano vuelve al escenario a los siete meses de enviudar

Cuando Olga Manzano suba mañana al escenario, Ie temerá sólo a una cosa: la emoción. La emoción de cantar las melodías que abrigó la voz de Manuel Picón, su compañero, con mayúsculas, durante 28 años. Olga estará en la sede del sindicato Comisiones Obreras. "Será bastante duro. Me voy a encontrar muy extraña", dice la cantante. "Veré si todavía he de esperar un poco más o me salvo".

Han pasado más de seis meses desde aquel viernes de septiembre en el que murió su inseparable Manuel. El día anterior habían acudido a su cita con el público en el teatro Príncipe, con el espectáculo Los versos del capitán.

Desde entonces, Olga, de 53 años, se ha mudado de la casa de Pozuelo donde vivía con sus tres hijos y tiene un nuevo hogar en La Navata. Ha seguido enseñando canto y foniatría en su escuela de la calle de la Montera y ha roto a llorar unas cuantas veces cuando por su garganta pasaban los versos de Pablo Neruda. "De hecho, hay tres canciones que no podré cantar. Aparece una imagen, se me quiebra la voz y me echo a llorar". "Vuelvo ahora, cuando he podido liberar el dolor; me he planteado la necesidad de cantar", dice Olga, argentina y con 20 años de vida en España. De sus tres hijos, el más pequeño, Nagot, de 16 años, le acompañara a la guitarra en tres canciones. El mayor, Tabaré, de 22 años, también es músico, y ello parece enorgullecer a su madre. Pero su principal bastón será el músico Daniel Petrucheli.

¿Qué cantará Olga? "Las cosas que me hubiera gustado entonar como solista cuando no podía hacerlo, ya que éramos un dúo". Su compatriota, la poetisa Alfonsina Storni, será la protagonista de muchas canciones que integran un disco que ella pretende publicar.

"Allí estarán mis amigos: sólo espero que me den un poco de energía y valor", dice Olga. Después llegará Canarias, Reus, Santander... Vuelve su voz, gran compañera.Clausura del ciclo Cantando a la luz del día.