_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La gran retransmisión

La 'película' de Pilar Miro impuso su ley a las otras cadenas

Manuel Rivas

La exitosa realización de Pilar Miró para TVE-1, con marcado estilo cinematográfico, eclipsó los intentos de diferenciación por parte de las cadenas privadas en la retransmisión de la boda real. Antena 3 y Tele 5 apostaron por presentadoras muy conocidas, Marta Robles y Concha García Campoy, y por la palabra de los comentaristas, tratando de competir con el previsible tono institucional de la televisión pública. Pero finalmente se impuso la película dirigida por Miró, y los intentos alternativos sucumbieron al hechizo de la superproducción escenificada en la catedral y en el corazón histórico de Sevilla.La ceremonia tuvo la duración de una película larga, y ni siquiera una infanta puede mantener durante mucho tiempo cautiva a una audiencia. Lo novedoso fue la calidad estética, la explotación del rito tradicional como un espectáculo futurista. Y ése fue el factor Miró. Cierto que contó con un despliegue inusitado de medios, pero, como diría Billy Wilder, "tenemos los cacharros, ¿y ahora qué hacemos".

El sábado se había sellado una nueva alianza: Monarquía, Iglesia... y televisión. El dilema entre espiritualidad y montaje televisivo se había superado en una nueva síntesis: la de la ceremonia espectacular. La Iglesia había permitido el impagable escenario artístico de la catedral. Ningún decorador, por mucha informática que utilice, puede improvisar un retablo que llevó 200 años labrar ni ningún juego de luces puede sustituir la luz fecunda y vegetal de las vidrieras.

Pero, sobre todo, la Iglesia aportaba una experiencia acreditada durante siglos, una profesionalidad esmerada en las artes de la, representación y de la comunicación. A cambio, en pocas ocasiones, tantos millones de personas se enteraron de lo que decía san Pablo en su carta a lós corintios. Gracias a los evangelios había por momentos, en el altar mayor, un eco shakespearianó: "Si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena". ¿Qué puede decir Jaime Peñafiel después de eso?

Peñafiel, por cierto, fue uno de los comentaristas que acompañó a Marta Robles en Antena 3. Esta cadena buscó su propio espacio, entre la sobriedad de TVE- 1 y el populismo más desinhibido de Tele 5. El resultado fue un discreto tono rosa-histórico, a la manera, más bien no conseguida, de un ¡Hola!. televisivo. Los nupciólogos, esa nueva rama del periodismo hispano, exponían sesudas comparaciones entre la boda del sábado y la de lady Di y el príncipe Carlos. Peñafiel y Rosa Villacastín pedían casi a gritos que llorase la infanta Elena.Populismo en Tele 5

Fue Tele 5 la que llevó más lejos su búsqueda de identidad, con un acentuado estilo populista. Un voluntarioso esfuerzo por retransmitir una visión distinta de la boda, con algunos meritorios hallazgos en las conexiones en directo. Por ejemplo, la realizada con la chabola del barrio madrileño de La Celsa donde los Reyes habían tomado café de puchero en su visita del pasado diciembre. Muy bien el patriarca Tío Ramón, en sus deseos de felicidad a los novios: "Para nosotros, ya son como de la familia".

Otra conexión original fue la establecida con un debate en Barcelona entre monárquicos y republicanos. Fue la ocasión para escuchar algunas voces críticas en medio de tanto pasmo. Un joven republicano calificó el enlace de "operación de marketing de la Monarquía con dinero público" y aprovechó para criticar la discriminación de la mujer en el turno sucesorio.

Una tercera conexión con instinto de desmarque fue la que se hizo con una boda normal de dos jóvenes a los que los invitados tiraban arroz como si fueran piedras y que tenían previsto pasar la luna de miel en Cancún "con la tripa al sol". El punto de heterodoxia en los comentarios fue el cotilleo de Carlos Ferrando, bautizado por la propia Campoy con el alias de Lengua Afilada, y como paradigma populista, en la calle, Marisol Galdón, un auténtico descubrimiento. La primera reportera que canta los reportajes.

Hubo además otro detalle que llamó la atención. Mientras duró la boda, lo que se pedía a los comentaristas era silencio, como quien manda callar a unos niñatos en las butacas de un cine. "Ahora, vamos a elcuchar", rogaba Concha García Campoy mientras cantaba la Hermandad Rociera en la iglesia del Salvador. Y en el arte de hablar y callar a tiempo dieron una buena lección los invisibles comentaristas oficiales,. Carmen Enríquez y Manuel Lombao.

Todo lo que vino después, con TVE envalentonada, fue una resaca nostálgica de la ceremonia central. La película de Pilar Miró había triunfado y monseñor Amigo ya tenía claro que un mando a distancia podía hacer repicar como nunca las campanas de su catedral.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_