_
_
_
_

El Zaragoza acaricia París

El conjunto aragonés alcanza las semifinales de la recopa ante un correoso Feyenoord

Resulta improbable que la desgracia se cebe dos partidos seguidos con un mismo equipo, especialmente cuando demuestra una superioridad técnica aplastante sobre el rival y además el entrenador de éste dispone un sistema de juego antidiluviano. Todas estas premisas, se dieron cita ayer en La Romareda, en favor del Real Zaragoza, lo que apuntaba como única solución lógica a la eliminatoria la clasificación del equipo aragonés.Los jugadores de Víctor Fernández llevan sin embargo varios meses empeñados en desperdiciar ante la portería las ocasiones que fraguan con su vistoso juego. Y eso sucedió durante el primer tiempo, un calco de lo acaecido 15 días atrás en Rotterdam. La única diferencia fue que Van Hanegem, el técnico del, Feyenoord, parecía tener el miedo metido en el cuerpo y ordenó un marcaje individual por todo el campo sobre los cuatro hombres más peligrosos del Zaragoza, Esnáider, Higuera, Pardeza y Poyet. Demasiadas concesiones para un equipo que toca el balón como la seda y hace de la velocidad su principal arma. Los aragoneses no supieron, sin embargo, sacar provecho de sus ocasiones.

Pardeza, Esnáider y Aragón tuvieron en sus botas la ocasión de igualar la eliminatoria, pero De Gooey estuvo presto a despejar en dos de ellas y el argentino falló donde no suele, en el cara a cara ante el portero. El Feyenoord fue un alma errante durante todo este tiempo, Sin crear el más mínimo peligro ante Juann-ii*, que sorprendentemente ocupó la plaza de Cedrún.

El dominio y la presión del conjunto zaragozano se hicieronasfixiantes tras el descanso. El Zaragoza puso cerco a la meta De Gooey y, tras un aviso de Gustavo Poyet, Pardeza, en el minuto 58, igualaba el marcador.

El Zaragoza no bajó la guardia y siguió decidido a salvar el honor del' fútbol español, en Europa. Poco antes de la media hora, una soberbia volea de Esnáider ponía las cosas donde debían haber estado al comienzo de esta eliminatoria.

El Feyenoord, un equipo más temido por su nombre que por su calidad, intentó estirar líneas, pero carecía de convicción y, sobre todo, de recursos. Incluso sus bulliciosos seguidores enmudecieron ante la evidencia de que el Real Zaragoza sería el semifinalista.

El destino tiene escrito que París será el escenario de la final. Precisamente, el lugar donde Madrid y Barça han sepultado sus aspiraciones en los últimos años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_