Sainz se bate con Kankkunen y Auriol

. Los tres mejores pilotos de los noventa (el finlandés Juha Kankkunen -Toyota-, el español Carlos Sainz -Subaruy el francés Didier Auriol -Toyota-) reconstruyeron ayer su hegemonía en la primera etapa del Rally de Portugal. En una jornada caracterizada por el mal estado de las pistas de tierra, los tres pelearon por el liderato de la carrera. El dominio correspondió casi siempre a Kankkunen, pero al final cedió el liderato, por un margen minúsculo -cinco segundos-, a Sainz. El cuarto de los favoritos, el francés François Délecour (Ford), se vio obligado a abandonar después de una aparatosa salida de pista,Todo transcurrió como en los viejos tiempos -o no tan viejos-, como en aquellos días que últimamente parecían olvidados por culpa de la aparición de nuevas figuras como Delecour, el escocés Colin McRae y el finlandés Tommi Makinen.

Tras algunos rallies de altibajos, muchos echaban de menos el famoso duelo a tres bandas. Ayer lo recuperaron: Kankkunen, Sainz y Auriol volvieron a pelearse por un líderato. Los tres hombres que han dominado el Mundial desde 1990 se disputaban la gloria segundo a segundo una vez más. Y siempre con diferencias mínimas entre sí.

Al principio fue el tetracampeón finlandés quien asumió el mando de las operaciones. El terreno le convenía. La lluvia de la madrugada había dejado las pistas mojadas y enfangadas. Y allí Kankkunen se mueve mejor que nadie.

Pero esa ventaja fue ínfima. Ni Sainz ni Auriol permitieron nunca que se ensanchara más de la cuenta. Toleraron que el rubio finlandés deslumbrara en los primeros tramos cronometrados -fue el más rápido en los tres primeros-, pero le tuvieron siempre a tiro. Mediada la jornada, Kankkunen sólo había cobrado una decena de segundos a Sainz y apenas un poco más a su compañero de equipo en Toyota.

Por la tarde, con los tramos más secos, se produjo el contraataque de Sainz. Auriol, en cambio, fue perdiendo gas afectado por problemas físicos y mecánicos. El piloto madrileño consiguió finalmente, en el último tramo de la jornada, desbancar a Kankkunen del liderato. Su reacción le llevó a ser el más rápido en tres de las cuatro últimas cronometradas, precisamente las más complicadas. Acabó con cinco segundos de ventaja sobre el finlandés y con 43 segundos sobre el francés.

Sólo estos tres hombres optan ya a la victoria. El cuarto clasificado, McRae, cedió más de un minuto. Kankkunen, Sainz y Auriol avalaron sus candidaturas con argumentos: ganaron respectivamente seis, cuatro y uno de los 11 tramos cronometrados de la primera etapa. No dejaron lugar para otro protagonismo.

Pese a su ligero dominio al final de la etapa, que le obligará a abrir la pista en la jornada de hoy, Sainz se quejó de falta de caballos. "No sabemos por qué", explicó, "pero nos falta algo de potencia. El coche rinde menos de lo que esperábamos". Pero no sería mucho menos, porque el bicampeón español fue capaz de mantener el ritmo durante el más fuerte de los ataques de Kankkunen e incluso, cuando llegó el momento propicio, pasar a la ofensiva. "Se está corriendo mucho", comentó. "Particularmente voy casi al límite".

Retirada de Delecour

La exclusiva y restringida pelea entre Sainz, Auriol y Kankkunen se vio favorecida por diversos factores. El primero, antes de iniciarse la carrera, la no participación de Mitsubishi y, por tanto, del actual líder del mundial, Makinen. El segundo, apenas cubiertos los primeros kilómetros, la retirada de Delecour. El piloto francés, que partía como el cuarto gran favorito, sufrió una salida de pista que dejó su coche maltrecho.

De esta manera, los tres cracks de los noventa volvieron a quedarse solos en la punta. Los tres con el mismo objetivo: ganar el rally y derrotar a los otros dos. El que lo logre posiblemente también obtenga como bonificación el liderato del Mundial.