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Un jugador fallece de un paro cardiaco tras un placaje en un partido

Albert Pascual Hernández, de 24 años, capitán del equipo barcelonés de rugby Mercabarna BUC, falleció ayer de un paro cardiaco, tras recibir un placaje en el partido de la División de Honor que disputó su equipo ante el Cisneros de Madrid. La muerte de Pascual se produjo después de un placaje lateral "como muchos otros en este deporte", según comentó ayer el entrenador del equipo barcelonés, Jordi Solá. El jugador se sintió mal y fue trasladado al hospital Clínic.El doctor Munné, que le atendió en el Clínic, explicó que el jugador llegó con el corazón parado: "Intentamos reanimarle con masajes cardiacos externos y vimos pequeñas mejoras. Sin embargo, al final no conseguimos nada". El parte médico que emitió el hospital fue el siguiente: "A las 13.37 horas ingresó en el área de reanimación del servicio de urgencias el paciente Albert Pascual Hernández, de 24 años, el cual presentaba paro cardiorrespiratorio. A pesar de las maniobras de reanimación que se hicieron durante más de una hora, el enfermo no reaccionó".

El parte clínico final, sin embargo, se emitirá hoy cuando se le efectúe la autopsia. Será entonces cuando podrá determinarse hasta qué punto incidió el golpe que Albert recibió como consecuencia del placaje. Físicamente Albert no presentaba ninguna deficiencia. Ni bebía, ni fumaba. Era un atleta que pasaba controles médicos habituales y que recientemente había demostrado una gran capacidad física en un test de esfuerzo. "Es evidente que el golpe ha desencadenado el problema. Si no le hubieran placado habría seguido jugando normalmente", explicó Solà. "Pero estoy convencido de que su fallecimiento no fue producto del golpe que recibió".

Albert Pascual jugaba al rugby desde que tenía 10 años y toda su carrera se desarrolló en el Mercabarna BUC. "Fue elegido capitán hace tres temporadas por su carisma y porque era un líder en el equipo", explicó Joan Carles Pascual, presidente del BUC. "Todos nos quedamos absolutamente hundidos. Vamos a rendirle un homenaje". Albert Pascual actuaba de tercera línea flanker y era un pulmón para el equipo. Jugaba con la selección catalana y estaba convocado para el partido del próximo día 6 de abril contra la República Checa. Además entrenaba al equipo cadete del BUC, que el pasado sábado se proclamó campeón de Cataluña. En su vida personal era muy activo. Estudiaba quinto curso de Ciencias de la Información en la Universidad Autónoma, en Bellaterra.

El incidente se produjo ayer en el campo del BUC cuando transcurría el minuto siete de la segunda parte. "Recibió un placaje lateral como muchos otros. Pareció que no había pasado nada, pero después se sentó en el suelo y habló con el árbitro y con algunos compañeros. No se sentía bien". El relato de Jordi Solà, el entrenador, prosigue: "Después se estiró en el suelo y sufrió espasmos y convulsiones. Sacaba espuma por la boca. Fue terrible".

Aítor Gorrochategui, licenciado en Educación Física, y jugador del Cisneros, fue el primero que le atendió. Se dio cuenta de que Albert apenas tenía pulso y comenzó a aplicarle masaje cardiaco. Inmediatamente se le unieron otros dos médicos que había en el campo. "Allí mismo se le hizo respiración artificial. Pero no respondía. Y se le trasladó rápidamente al hospital Clínic", concluye Solá.

Los momentos que se vivieron en el terreno de juego fueron escalofriantes. El padre, un hermano y la novia de Albert, Susan, estaban presenciando el partido, que fue suspendido. Todos los jugadores del primer equipo, del segundo y del equipo cadete del BUC se trasladaron al hospital Clínic para conocer el estado del jugador. Y todos se quedaron helados cuando el hermano del jugador dio la lacónica noticia: "Albert ha muerto".

Otros casos

A pesar de que el rugby es un deporte considerado duro, son raros los casos de muertes como consecuencia de acciones deportivas. En 1983, Cayetano Massi, de un club de Santa Fe, en Argentina, falleció a causa de una patada recibida en la cabeza en una acción ajena al juego. El agresor fue condenado a nueve años de prisión y a pagar una indemnización de 10 millones de pesetas.Posteriormente, en 1987, el francés Dominique Leydier, de 25 años, murió por los golpes recibidos en una reyerta tras un partido de rugby entre el Montreux y el Marsella.

En 1990, el francés Dominique Bouet, de 26 años, jugador de rugby, perdió la vida a causa de un infarto de miocardio.

Más recientemente falleció unjugador del CN Montjuïc, al parecer por un paro cardiaco, mientras era operado -la muerte se achacó a la anestesia-.

"Son casos que se pueden dar en cualquier disciplina deportiva. Yo no creo que el rugby sea peligroso", matiza Solà. "En otros deportes se producen muchas más lesiones y accidentes que en éste. Es evidente que es duro, pero no se pueden pegar golpes con los pies. Que yo sepa los accidentes son muy escasos".

Por su parte, Jordi Homs, miembro de la federación catalana, comentó: "Es lógico que ahora se hable de la muerte de Albert, pero no puede imputarse al rugby su fallecimiento. Sufrió un infarto y eso pudo producírsele de igual forma paseando por la calle".

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