Sólo para hombres
Los directivos de Oxford y Cambridge se dan de baja del club social ante su misoginia
La vida en los clubes británicos, selectos establecimientos pensa dos sólo para varones, ya no volverá a ser la misma. Uno de ellos, el de las universidades de Oxford y Cambridge, abierto en Londres, asistió ayer a la dimisión masiva de 69 de sus más respetados miembros: el rector y el vicerrector, respectivamente, de los dos prestigiosos centros, así como los directores de casi todos sus colleges. La razón no ha sido otra que la recalcitrante misoginia mostrada por los responsables del local. Las mujeres sólo pueden ser miembros asociados honorarios (hay unas 500). No les está permitido tampoco utilizarla biblioteca ni el bar. Es más, para acceder al resto de las dependencias tienen que usar un ascensor. La majes tuosa escalera de mármol es sólo para los caballeros. Roy Jenkins, líder del extinto Partido Liberal y ahora rector en Oxford, y Ralf Dahrendorf, antiguo director de la London School of Economics y titular ahora del Warden of St. Anthony's College (Oxford), están entre los firmantes del adiós.El club, fundado en 1817, es una entidad privada con sus propias normas. Tan sexistas principios, sin embargo, abochornan a los responsables de ambas universidades. Sus escudos de armas aparecen en la puerta y prácticamente todos los miembros provienen de allí. Sus costumbres, por tanto, pueden ser relacionadas con el ideario de dos instituciones que se consideran humanistas y promueven la igualdad de oportunidades. Las mujeres suman ahora un 40% de la matrícula en Oxbridge.
En un comunicado hecho público ayer, los dimisionarios lamentan la incapacidad del club para adaptarse a la realidad. Con una exquisita educación, digna de las mejores tradiciones británicas, califican de insultante la discriminación practicada. Luego urgen a sus titulares a que demuestren su voluntad de cambiar, "con prontitud". El problema es que ello no será posible hasta 1998. Una cláusula añadida a los estatutos del club exige un 50% de los votos de miembros fijos para aceptar cualquier cambio importante. Esta argucia legal ha servido para invalidar los sufragios emitidos en 1993 sobre la afiliación de las mujeres.
Aquel año, un 76% de los votantes pidió la admisión incondicional de las féminas. Sólo un 49% de estos adelantados pudo acreditar su pertenencia formal al club. El asunto fue archivado y su revisión está prevista para 1998. En Londres se recibieron entonces sendas misivas de los vicerrectores de Oxford y Cambridge pidiendo una revisión del caso. Seis meses después, el comité encargado decide que no habrá más cambios por ahora.
La baja de los directores ha sido una forma de mostrar su aversión hacia las prácticas del club. David Butler, experto en ciencia política en Clixford, ya había dicho que la situación era una vergüenza "para cualquier intelectual que se respete". La decisión está tomada, el club no se pronuncia por el momento y sus miembros femeninos han ganado una batalla. La pregunta es si será declarada la guerra.
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