El fútbol intelectual

El fútbol de ataque goza actualmente en España de mayoría absoluta. El autobús que inventó Maguregui para colocarlo delante de la portería propia sobre todo en su época de entrenador del Racing de Santander -los 11 jugadores metidos en el área para defender desesperadamente el empate inicial, años setenta- reposa en un cementerio de automóviles. El fútbol se ha vuelto dandy y ofensivo, se ha convertido en una permanente huida hacia adelante, como la que vive el toro en el ruedo.Jorge Valdano, Johan Cruyff y Víctor Fernández, entrenadores del real Madrid, Barcelona y Zaragoza, respectivamente, más que estrategia han aportado al fútbol filosofía. Han intelectualizado el deporte. Valdano, después del entrenamiento, marcha a, su casa a leer un libro y al día siguiente lo comenta con alguno de sus hombres. Con estos y otros entrenadores, el fútbol se ha transformado en gozo atacante, en furia desapasionada, frente a aquella dolorosa penitencia defensiva del patadón y balones a la grada que estuvo de moda hace años -Javier Clemente, seleccionador nacional, insiste a veces en los ejercicios espirituales-.

La zona alta de Segunda División se desenvuelve bajo el signo de la intriga. El Rayo Vallecano se salió el sábado del contexto positivo general y practicó un fútbol mezquino en el campo de Las Margaritas, en Getafe. Onésimo consiguió un gol, el del empate final, en la única ocasión de su equipo en todo el partido. El Mérida, en uno de los encuentros más importantes de la jornada, ganó al Marbella. Benítez, exjugador del Atlético de Madrid hasta hace un par de meses, abrió el marcador. Es un jugador de fútbol caliente y rápido por la banda izquierda.

Los aficionados disfrutan ahora de una época feliz -salvo los del Barcelona, debido a las goleadas sufridas por su equipo la pasada semana-. El Barcelona B puede con siderarse como una de las revelaciones de Segunda División esta temporada. Ha aportado muchos jugadores al primer equipo. El Barcelona de Johan Cruyff atraviesa una temporada de transición, con las sombras que esa situación conlleva. Su equipo filial que entrena Quique Costas practica un fútbol luchador y de vanguardia, bajo el lema de Beltort Brecht: "hay hombres que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles".