La búsqueda de agua para beber ha costado 50.000 millones en obras extraordinarias

El trienio más seco del siglo en el centro y sur de la Península ha consumido 50.000 millones de pesetas, sólo en obras para sur las deficiencias en los abastecimientos de 11 millones de personas. Las pérdidas en la agricultura, derivadas de la falta de riego en más de un millón de hectáreas, el descenso de la producción de secano y la ganadería no se incluyen en este cómputo."La sequía es grave y de. una gran envergadura" según el ministro de Obras Públicas, José Borrell, quien hizo ayer un llamamiento para no bajar la guardia en el ahorro de agua, un "recurso escaso y valioso".

Él ministro diseñó una línea imaginaria desde Pontevedra hasta Valencia, por debajo de la cual los recursos hidrológicos no han hecho más que disminuir desde 1991. Los ríos de las cuencas del Guadalquivir, Guadiana, Júcar, Segura y Sur han recibido unas aportaciones desde entonces que no llegan al 28% de lo normal. Borrell ha tenido mala suerte. Este periodo coincide justamente con su estancia al frente del ministerio que planifica y regula las disponibilidades del agua que llaman en alta (la regulación de ríos y embalses), Desde ahí hasta los grifos su gestión recae en las comunidades autónomas y ayuntamientos.Entre estos últimos, el de Almería es el que ha desarrollado una política más agresiva frente a la sequía, al haber logrado un ahorro del 30% en el consumo; gracias, entre otras medidas, a colocar 70.000 contadores en la ciudad. No los había en una población situada en una zona desértica.

- En el conjunto de las cuencas hidrográficas meridionales, las lluvias de otoño -las más copiosas del año- han sido inferiores a las del año pasado, que ya fue malo, de manera que las aportaciones a los embalses han sido la mitad que en 1994. Mientras en el norte ha ocurrido el fenómeno contrario, los 8.000 hectómetros cúbicos que almacenaban las cuencas del Sur en 1990, se han quedado en 3.500 a estas alturas.Conducciones y pozos

Con el decreto aprobado elviernes por el Consejo de Mi nistros, la Administración central aporta 50.000 millones de pesetas para obras. hidraúlicas; 37.000 invertidos desde 1992, más 12.000 millones de un crédito que ha de financiarse con deuda pública. Por encima de mil millones saldrán del presupuesto del propio Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente.

Con este dinero se abordan conducciones y pozos de una envergadura que supera las disponibilidades de las seis. autonomías afectadas por la sequía, cuyas áreas más deficitarias son: la zona de influencia de Cádiz; Granada capital, el litoral granadino y Loja; Málaga capital, su litoral y comarcas del interior como la Axarquía; la costa almeriense; la red de abastecimientos que nutre el Taibilla en Alicante y Murcia,; zonas de La Mancha -donde el nivel del agua de los pozos ha descendido 20 metros-, así como varias comarcas de Badajoz y Valencia.

Las dos actuaciones más potentes afectan a Cádiz y Málaga. En el primer caso, se van a habilitar en los puertos de Huelva y Cádiz conexiones a sus redes de abastecimiento para trasvasar por vía marítima agua de una a otra capital, mediante un procedimiento similar al que se aprobó para llevar agua de Tarragona a Palma. Su ejecución se está demotando porque las lluvias de este invierno sobre Mallorca han permitido a sus acuíferos recuperarse. Según el director de Obras Hidráulicas, Adrián Baltanás, las instalaciones de Huelva y Cádiz estarán operativas en cuatro meses, antes de que llegue el verano, época en la que la bahía de Cádiz acoge a un millón de personas.La segunda actuación relevante -1.000 millones de coste- se efectuará en Málaga. Se trata de una segunda conducción de mayor dimensión que la actual, y reversible-, que conectará el embalse de la Viñuela, aguas arriba de Vélez-Málaga, con la red de abastecimiento de, la capital. Esta obra, que ha recibido una gran contestación en Vélez-Málaga, y otras muchas prospecciones que se realizan en toda Andalucía y Levante no se llevarían a cabo en circunstancias normales por su impacto medioambiental, según admitió ayer Borrell. "En casos como éstos, de extrema necesidad, espero que no me acusen de -llevarme árboles por delante para hacer una conducción que no hace falta, como la de Picadas-Madrid. Gracias a está obra, la capital tiene asegurada la garantía de sus abastecimientos", dijo el ministro, quien reprochó a la oposición que "vaya a sacar partido de esta desventura".

Salvo las medidas contenidas en el decreto aprobado por el Gobierno, que permite requisar agua privada en caso de necesidad, Obras Públicas no tiene previsto realizar una campaña de concienciación popular frente a la sequía.