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La gran famiIia

Àngels Piñol

Las relaciones de parentesco se prodigan entre técnicos y jugadores del Barcelona

Quizás era demasiado tarde para que siguiera levantado ya que todavía no ha cumplido, ni los dos años. Pero Jesua Andrea Angoy Cruyff pudo ver, el martes por la noche en televisión y en el partido de Copa del Rey que el Barcelona disputó ante el Atlético de Madrid, a tres de sus familiares más directos: a su abuelo Johan Cruyff sentado en el banquillo; a su padre, Jesús Mariano Angoy, bajo los palos y a su tío Jordi Cruyff, como delantero.

La situación, difícil de repetir, quedará inscrita en el anecdotario del Barça, pero no solo la familia del técnico cuenta con varios de sus integrantes repartidos en los diferentes equipos azulgrana. El árbol genealógico azulgrana se extiende entre técnicos, preparadores físicos y ex jugadores del Barça.

Quique Costas, exjugador y entrenador del filial, ha visto hace sólo una semana como su hijo Quique, de 19 años, al que dirigía en ese mismo equipo, era convocado por Cruyff para el partido contra el Sporting ante la larga lista de bajas en la línea de retaguardia azulgrana. Quique, que no llegó a debutar, había participado días antes en el encuentro amistoso que el Barça jugó ante el Werder Bremen. Quique Costas, tiene a otro de sus hijos en el club: Oscar, enrolado en los juveniles.

Paso fugaz

Casi todo el cuerpo técnico que rodea a Cruyff tiene a sus hijos en equipos inferiores: el de Carles Rexach, que se llama igual que su padre, tuvo un paso fugaz por los primeros equipos, pero se pasó al tenis al destacar su habilidad con la raqueta. Ahora, ha regresado al club azulgrana y milita en el equipo de cadetes. Toni Bruins, segundo ayudante de Cruyff, tiene también a su hijo en el fútbol base, al igual que José Ramón Alexanco, cuyo vástago Cigor, de 14 años, despunta como delantero en los cadetes. El preparador físico, Ángel Vilda, completa la relación. Jorge Vilda, de 14 años, se alinea como centrocampista en los infantiles.

José Mari Bakero, el capitán del Barça, tiene a su hermano Jon jugando como delantero en el filial, donde también coinciden otros dos hermanos: Roger y Genis García Junyent, de 18 y 19 años respectivamente, cuyo hermano mayor, Óscar, triunfa cedido en el Albacete. Óscar, de 21 años, tiene abiertas las puertas del primer equipo para el próximo año y Roger figura en la lista de los que en un futuro darán el salto al primer equipo azulgrana.

Nadie discute que esa relación de jugadores atesore talento. El caso más claro es el de Quique Álvarez o el del propio Jordi Cruyff. Desde su llegada al Barcelona, Cruyff quiso aplicar la misma filosofía que en el Ajax intentando que todos los equipos, desde los benjamines hasta los profesionales, utilizaran idéntico sistema de juego.

Cruyff colocó en los puestos clave de la cantera a personas de su absoluta confianza. Y ello comportó no pocos resquemores. Lluís Pujol, ex entrenador del filial le reprochó que tuviera que alinear a Danny Muller, ex novio de una de las hijas del técnico. Artola y Olmo tuvieron sus más y sus menos con Jordi Cruyff, cuando jugaba en los equipos inferiores. El hijo del técnico ha sido acusado en algunos campos de gozar de una situación de enchufado.

La endogamia no se reproduce en los directivos. Sólo Jaume Sobreques, miembro, de la directiva, tiene a su sobrina Laura en uno de los equipos femeninos infantiles. Las jugadoras mayores se quejan de que de poco les sirve ese parentesco. El árbol genealógico azulgrana no se limita sólo a padres e hijos. Guillermo Amor está casado con la hija del ex jugador, Toni Torres. Y el jugador con más proyección del filial, Iván de la Peña, sale con la hija de Asensi.

"Son circunstancias de la vida", dijo Jesús Mariano Angoy, al término del encuentro entre el Atlético cuando se le planteó que su hijo había tenido ante el televisor a su abuelo, a su tío y a su padre en el partido. "Yo puedo estar aquí como en cualquier otro sitio. Todo se reduce a un técnico y a dos jugadores más de la plantilla".

Muchos, han tenido que superar las exigencias que conlleva su ilustre apellido. Ahora el club azulgrana espera que varios de ellos acaben triunfando en el primer equipo y que superen a sus antecesores.

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