Reflexión de un socialista

La gravedad de la situación actual, que puede afectar al futuro de la democracia y que, una vez más, se pretende salvar cerrando en falso como si la cuestión principal fuese la necesidad de evitar las elecciones anticipadas cerrando filas en torno al líder, hace necesario que todo militante socialista, máxime cuando actúa en una corriente como Izquierda Socialista, no pueda permanecer en silencio y exprese y aporte sus ideas.La corriente Izquierda Socialista, dentro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), es ajena a todo el problema planteado, y siempre ha expresado su opinión contraria a la política seguida por la dirección del partido de presentar el liderazgo de Felipe González como única salida para hacer frente al avance de la derecha. El problema no es si se van a ganar o perder las elecciones autonómicas o municipales ni si debe haber elecciones anticipadas. El quid de la cuestión está en la necesidad de atajar de una vez para siempre el clima de corrupción y desmoralización que pretendidamente afecta a todas las instituciones. No se puede pactar con los corruptos. Si se desea recuperar la credibilidad ante el pueblo, se hace preciso recuperar y retomar los valores de la socialdemocracia: no mera gestión del capital, sino transformación de la sociedad -igualdad, solidaridad, justicia social y ética- por encima de los cantos de sirena del pragmatismo y utilitarismo emotivista de la democracia liberal.

Es necesario recuperar y retomar lo que a lo largo de la historia del PSOE ha sido normal hasta la llegada al poder de los actuales dirigentes: el derecho a la discrepancia y a la diferencia frente a la homogeneización. Ello supone profundizar en la formación de la izquierda común, conectando en este sentido con Nueva Izquierda de Izquierda Unida, Pasoc, etcétera.

No podemos callarnos, haciéndonos cómplices de un liderazgo, de una política que se nos pretende presentar como única solución. No se puede pactar con los que han hecho de la corrupción una cosa normal, la cultura del pelotazo. Se hace preciso abrir el partido a lo que es la tendencia natural, pacto con las fuerzas de izquierda y ante el pueblo.-