Un par de decepciones

En el verano todo sabía a gloria. El Valencia y el Atlético, los equipos que esta tarde se enfrentan en Mestalla, nadaban entre las promesas de títulos de sus presidentes y las frases optimistas de sus aficionados. Seis meses después, nada es lo mismo: son equipos en crisis cuya pelea vital es conservar la categoría. El título aparece ya lejano.Para el Atlético, la cita es su primer compromiso después del retiro espiritual (un par de días en Los Angeles de San Rafael para rehabilitar el ánimo de la plantilla). "Es posible", afirma esperanzado D'Alessandro, "que el equipo haya ganado en autoconfianza y en unión".

La principal baja con la que cuentan los rojiblancos es la de Caminero, sancionado con un partido por acumulación de amonestaciones. Su puesto lo ocupará Manolo. Kosecki, también sancionado, no jugará. Lo mismo que Alejandro, éste por decisión técnica.

Seis goles en dos partidos (ante el Zaragoza y el Salamanca en Copa) han supuesto un bálsamo para el Valencia, que tan sólo unos días antes vivía en un estado de ansiedad desesperante. El técnico, Carlos Parreira, parece haber superado uno de los primeros tragos de su larga carrera;" los jugadores recuperan la fe en sí mismos; y el presidente, Francisco Roig, permanece callado, cargado de satisfacción y prudencia. La transformación del grupo tuvo dos factores decisivos: las entradas en el once de Álvaro y Gálvez, que venían a agilizar la pesadez con la que se movía el equipo. Por eso, la baja de Gálvez -con rotura fibrilar- será muy sentida en el colectivo.

Parreira fue tajante a la hora de evaluar la trayectoria de los dos conjuntos que se enfrentan esta tarde: "Valencia y Atlético son las decepciones de la Liga". El brasileño, sin embargo, matizó que su equipo ha recuperado la actitud que tuvo al principio del campeonato.

El centrocampista Roberto vuelve a la convocatoria después de cumplir cuatro partidos de sanción que le impuso Parreira por insultarle en el partido Valencia-Español del 15 de enero.