"Necesitábamos algo"
El Atlético sobrevive a su primer día de retiro espiritual convencido de su eficacia
No hubo misa. Fue el único elemento que diferenció los ejercicios espirituales al uso del primer día de concentración del Atlético en Los Ángeles de San Rafael. Se cumplieron los votos de silencio (los futbolistas aún delegan en Tomás sus declaraciones) y de castidad (sin necesidad de recurrir al viejo truco del bromuro en el postre). Se tiró de la terapia de grupo (dos charlas colectivas, una de ellas con vídeo para repasar los conceptos básicos del catecismo futbolístico de D'Alessandro). Hubo siesta, paseos por la zona, diversión (ping-pong, billar y futbolín) ... Y hasta se celebró, aunque con la austeridad de una simple tarta, el 35 cumpleaños de Abel.El primer entrenamiento de la primera jornada de convivencia rojiblanca fue suave. Una sesión de hora y cuarto con pretensiones exclusivamente anímicas: sólo persiguió la diversión de los futbolistas (futvoley, rondos ... ). El promotor de la experiencia, Jorge D'Alessandro, salió satisfecho: "Necesitábamos algo y esto es buena terapia. Estas jornadas suponen una desconexión total con lo anterior. Un intento de volver al lenguaje propio del fútbol. Esto no persigue descubrir la panacea de los buenos resultados, sino reforzar el sentímiento de grupo".
El preparador quiere que los futbolistas se hablen, se comenten cosas, se agrupen. Y para buscar la sensación de equipo, Madrid no le valía. "El estadio es más impersonal. Allí la gente va, se entrena y luego, cada uno se marcha por su cuenta. Aquí se convive. Aparte, la gente aquí va a comer y dormir bien. No hay doble fondo".
"Cuando planteé el tema"' afirmó el técnico para desmentir que su idea sentara mal en el vestuario, "todo el mundo lo vio bien. Además, es una estancia demasiado breve como para que cansarles". Tomás, que ha hablado en tres días más que en toda su carrera, coincidió con la versión de su técnico. "Cuando nos consultaron", dijo, "todos nos mostramos de acuerdo. Lo entendimos como una medida más dentro de la cadena. La verdad es que habíamos llegado a un punto que, o rompíamos de lleno, o el retorno era, difícil".
Uno de los problemas de la medida es el estar tres días fuera de casa, sin los hábitos particulares de cada uno, sin la pareja de turno... "No importa", asegura Tomás, "tres días fuera, de casa se suplen con profesionalidad. Nos debemos al club. Es algo que viene bien porque todos necesitábamos desintoxicarnos".
La voz de la plantilla reconoció que el club lo ha probado ya todo para abandonar el pozo en el que vive desde hace dos años: cambios de entrenador, de preparadores físicos, de jugadores, de médicos, de entrenamientos, de secretarios técnicos; broncas directivas a los futbolistas, a los técnicos, a los árbitros, a los periodistas ... Y ahora, estos ejercicios espirituales.
Con todo, Tomás no cree que la receta consiga al instante buenos resultados: "El efecto no puede ser Inmediato. Sencillamente, llevábamos cuatro semanas en las que se hablaba de todo menos de fútbol y había que cortar. Olvidarnos de todo, dejar de salir al paso de todo lo que rodea al club y centrarnos".
Pese al aislamiento, el clima de tranquilidad que buscaba el Atlético se vio alterada: las declaraciones de Diego Barragán (contra Manolo y contra Gil) llegaron al refugio. "Sí", afirmó Tomás, "me han molestado. Es de poco señor hablar como lo ha hecho de Manolo. No se lo dijo a la cara. Pero en la distancia es fácil hacer acusaciones".
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