Garzón y sus circunstancias

Ante todo quisiera felicitar a Baltasar Garzón por su labor como juez. Reflexionando como simple observador del acontecer alrededor de su persona, me he tomado la libertad de manifestar unos puntos de vista en la esperanza de que puedan ser útiles. Garzón comenzó a ser conocido entre los españoles por su trabajo como juez de instrucción, en el que logró una gran popularidad.Un buen día, el presidente del Gobierno español, Felipe González, le invitó a cambiar de profesión y el juez aceptó su nuevo trabajo de político. A juzgar por el tiempo que duró tuvo un tropezón serios no recuerdo una entrada tan anunciada como la suya en un cambio de actividad y a la vez tan corta. A los ojos de los españoles, y en buena lógica, el tropiezo fue suyo, no del señor González, pues quien probó fortuna en un cambio de profesión fue Garzón y la experiencia por una u otra razón no le salió bien. A continuación decide volver otra vez a su trabajo de juez de instrucción, posibilidad al parecer completamente legal, e instruye entre otros un caso en el que intervienen diversas personalidades políticas.

Una de las características principales de un juez es su imparcialidad, y, aunque nadie puede dudar de ella sobre todo por su currículum, es tan importante que un juez sea imparcial como que lo parezca. En su caso, debido al tropiezo en el trabajo de político, si se preguntara a los españoles su opinión al respecto, es muy probable que el porcentaje de respuestas de su posible parcialidad sería alto. Como nadie es imprescindible y a Garzón le debe dar lo mismo trabajar en un sumario u otro, al fin y al cabo está al servicio de España, hay otros jueces seguramente igual de cualificados, los cual es no tienen las citadas circunstancias. Una decisión en este sentido probablemente sería muy positiva para Garzón, para el prestigio de la justicia y en general para España; en cualquier caso no parece que pudiera ser negativa para nadie. Animándole en su trabajo y en su vida particular, le saluda muy cordialmente.-