_
_
_
_

Por Dios y por España

La 2 estrena una serie sobre la censura en tiempos de Franco

Hasta las actividades más inocentes sufrieron la persecución de los censores franquistas: en Sor citröen fue eliminada la escena en la que las religiosas recitaban el código de circulación, en vez de los evangelios, a la hora de comer. Esta es una de las muchas perlas de la censura que aparece en la serie Imágenes prohibidas, que TVE tiene previsto estrenar en breve en La 2. A lo largo de 14 episodios se trata en profundidad la censura cinematográfica en la historia del cine español, aunque la serie también cuenta con un primer capítulo referido a la censura en el mundo.Es cierto que la censura no fue un invento franquista. A principios de siglo la censura norteamericana cubría las escenas impúdicas con rayas. Pero poco después empezaron a hacer uso de la tijera. En la película muda La danza de Fátima, rodada en 1903, tacharon el pecho y las caderas de una bailarina árabe. Es la primera muestra que se conserva de censura en el cine.

En España, parece ser que el corte más antiguo del que hay referencia es el de Carmen, de 1913: se eliminó e cortó el bocado erótico que le pegaba el torero Escamillo a Carmen en el hombro, según recuerda, en uno de los episodios, el historiador catalán Miquel Porter. Tanto las películas nacionales como extranjeras sufrían los tijeretazos de la censura. En Que verde era mi valle, por ejemplo, se suprimieron las escenas referidas a la capilla evangélica porque no se podía mencionar a otra iglesia que no fuera la católica.

Entre los 14 episodios con los que cuenta esta producción, los hay de dos tipos: los cronológicos como La censura del silencio, referido al cine mudo, y los temáticos, como Los ángeles guardianes, en el que se cuenta cómo eran y cómo actuaban los censores. Tampoco falta un capítulo en el que se recopilan Las joyas de la censura, con un pequeño apartado sobre las escenas prohibidas de la televisión.

Cada episodio empieza con una introducción al contexto político porque "no se puede entender la censura en el cine sin conocer lo que estaba pasando en el país en esos momentos", apunta Vicente Romero, director de la serie. "No se ha querido hacer un ajuste de cuentas. La serie no está hecha con rencor, aunque sí con mucho humor",señala.

Durante el franquismo, los cortes de escenas se atribuían a las más variopintas cuestiones. Algunos le hacían porque consideraban que se daba un trato demasiado ligero a los asuntos religiosos; otros porque las escenas resultaban indecorosas y muchos se hacían directamente por "Dios y por España", como reza uno de los capítulos referido a la censura de Franco. En las cintas extranjeras, el doblaje permitía introducir cambios en los personajes o diálogos, mientras que en las españolas se cambiaban escenas o incluso algún final.

El capítulo dedicado a La censura del general Franco es el octavo. En él se habla de la relación personal que el dictador tenía con el cine y de su intervención directa para que se censuraran algunos casos concretos. El exdirector general de cine, Jesús Suevos, señala en el capítulo que en muchas ocasiones Franco "era más benevolente que los mismos censores".

La serie se ha hecho a base de material propio de TVE, de los archivos del NO-DO y de cesiones de productoras cinematográficas. El resultado ha sido una producción barata con imágenes insólitas, la mayoría nunca vistas por el público y repletas de curiosidades. Las cuentan políticos, historiadores, directores de cine y críticos.

Los realizadores de Imágenes prohibidas han rescatado para la serie algún doble final. Uno de ellos es el de El inquilino. Esta cinta española protagonizada por Fernando Fernan Gómez acababa con el desalojo de una familia que se tenía que ir a la calle por falta de viviendas y bajo el rótulo de Fin se veía un plano de una calle con casas antiguas. Sin embargo, la censura hizo que se rodara un segundo final en el que la familia conseguía un piso en la idílica urbanización "La esperanza" y la película acababa con un plano de unos grandes bloques de viviendas.

El censor eclesiástico fue el que llegó a tener más poder. A partir de 1946, año en el se creó la Junta Superior de Ordenación Cinematográfica, desapareció el censor militar y su lugar lo ocupó el eclesiástico.

Algunas de las películas prohibidas fueron El forajido, Roma ciudad abierta, La reina Cristina de Suecia o la española del tándem Bardem-Berlanga La huida. Este último guión se prohibió porque trataba sobre un preso que se escapaba de la cárcel y la Guardía Civil no acertaba al dispararle en su huida. "Lo prohibieron porque decían que siempre daba cuando apuntaba", cuenta Luis García Berlanga. Tampoco permitieron que se rodaran biografías, como la de Santa Teresa, "por lo suspicaces que eran los censores con los asuntos religiosos", señala Romero.

El coleccionista picarón

No todos los censores obedecieron las órdenes de destruir los cortes censurados. Algunos se convirtieron incluso en sus coleccionistas. El director de cine Carlos Saura cuenta en uno de los episodios que había un censor especialmente picarón que guardaba los cortes eróticos para unirlos luego en un rollo y pasárselo en grande.En una ocasión se lo proyectó a Saura para que viera "las barbaridades que vería la gente si no hubiera censura". Otros cortes se almacenaban en latas en el desaparecido Ministerio de Información y Turismo y posteriormente pasaron a la Filmoteca Española.

A pesar de que la mayoría de aquellos ángeles guardianes no ha querido aparecer en esta serie de La 2 (como los representantes de la Iglesia), se pueden escuchar los testimonios de unos pocos que relatan cómo han cambiado las cosas.

El cineasta Francisco Rovira, por ejemplo, resalta en un fragmento (que no se ha podido recoger en la serie por falta de espacio) lo curioso que resulta "que algunos censores, al llegar el cambio de régimen político, se hayan manifestado como fervientes socialistas".

En el tercer capítulo, dedicado a estos ángeles guardianes, se narra la evolución de las juntas de censura, desde la posguerra, cuando estaban integradas por militares, falangistas y sacerdotes, hasta los años sesenta, en los que participaban críticos de cine e intelectuales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_