Seis locomotoras del Museo del Ferrocarril abandonarán definitivamente Madrid
El patronato de esta institución abordó ayer el futuro del resto de las máquinas
Se cumplirá lo que se tenían las asociaciones de vecinos próximas al Museo del Ferrocarril, porque a los gestores de esta institución les ha parecido lo más apropiado: varias de las máquinas que descansan en las vías muertas colindantes con la antigua estación de Delicias, sede de este museo, abandonarán Madrid. Su destino será otros museos ferroviarios, aunque todavía no estén abiertos al público. El patronato de la Fundación de los Ferrocarriles de España, el órgano encargado de gestionar el Museo del Ferrocarril, aprobó ayer esta iniciativa en su reunión anual.
En el orden del día figuraba la aprobación de las cuentas del año anterior y de los presu puestos para éste. Pero lo más esperado era el futuro que le espera al Museo del Ferrocarril. Y sobre todo, lo que se refiere a los terrenos que pegan con el museo y que ahora sirven de almacén a las máquinas que no caben en su marquesina. Fuentes del patronato-integrado por miembros de Renfe, de Feve (Ferrocarriles de Vía Estrecha) y representantes sindicales y del mundo de la cultura señalaron ayer que el futuro de estos terrenos, que forman parte del Pasillo Verde, depende del Ayuntamiento de Madrid. "El es el que tiene los instrumentos jurídicos para recalificar el suelo, por tanto, el futuro de esos terrenos está en manos del Ayuntamiento", dijeron.Comisión histórica
Los planes que aprobó ayer el patronato de la fundación de los ferrocarriles para el museo ferroviario se centran en las 69 máquinas que ahora están a la intemperie, muchas de ellas en un peligroso estado de deterioro. El patronato ha decidido que dos de ellas, conocidas como La montaña y La bonita, se incorporarán al museo para exponerlas al público. Para ello piensan crear una escuela taller que las restaurará in situ. "Las colecciones del museo no las toca nadie", afirmaban en el patronato.
Se creará una comisión histórica ajena al museo que trabajará sobre esas 69 piezas y decidirá cuáles deben formar parte de colecciones de museos ferroviarios y cuáles no. "Muchas de las máquinas aparcadas en Delicias no tienen ningún interés cultural", afirman desde el patronato. Respecto al interés que puedan tener los fondos de este museo, estacionados fuera de la exposición, las mismas fuentes indican que ninguna de esas piezas han sido calificada como bien de interés cultural por el Ministerio de Cultura, encargado de determinar esa categoría.
Para formar parte de esta comisión, la fundación de los ferrocarriles ha invitado al Ministerio de Cultura, al Ministerio de Transportes, a Renfe, a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento y a la misma Consejería de la Comunidad de Madrid.
Esta comisión calificará las locomotoras y demás máquinas para después cederlas a los museos e instituciones que las requieran. "No sólo se trata de llenar nuestras naves, sino de ayudar a otras instituciones y museos de forma que puedan tener sus fondos", señalaban las mismas fuentes.
La fundación de los ferrocarriles será tajante en este punto: la cesión se hará respetando a la Ley del Patrimonio. Esto supone que los beneficiarios tendrán que asumir el compromiso de hacerse cargo de la restauración, conservación y exhibición al público de las piezas. "`En caso contrario, no se cederá nada", afirmación en la fundación, que en nigún caso dejará de ser la propietaria de las máquinas que abandone la estación de Delicias.. "Todo aquello que esta comisión no califique como piezas históricas lo pondremos donde queramos", afirmaba la misma fuente.
Los promotores de este plan reconocen que se trata de un proyecto costoso y técnicamente difícil porque las máquinas están aparcadas en vías muertas.
De momento, la Generalitat de Valencia ya ha solicitado seis de estas máquinas paria el futuro museo ferroviario de esa comunidad. El Museo del Ferrocarril ya ha cedido varias de sus máquinas a la Diputación de Zaragoza para otro museo que aún no ha sido inaugurado.
La Fiscalía de Madrid también se ha hecho eco del estado del Museo del Ferrocarril. Precisamente ayer se dirigió a la Sociedad de los Ferrocarriles para comunicarles la apertura de diligencias y solicitarles información sobre las cuentas y los miembros de esta institución. El caso lo llevará el fiscal encargado de medio ambiente.
Los vecinos no se fían
Las asociaciones de vecinos vienen denunciando desde hace tiempo el deterioro que sufren las máquinas que están aparcadas en el exterior del museo. Se oponen además a que estas piezas salgan de esta institución. Estas organizaciones denuncian que el propósito de Renfe es vaciar el museo ferroviario y especular así con estos terrenos, que forman parte del Pasillo Verde. "`Así dispondrían libremente de 60.000 metros cuadrados de un terreno muy valioso", aseguran. Las asociaciones de vecinos no se fían de los planes aprobados ayer por el patronato.Respecto a la cesión de máquinas a otros museos,
Carlos Texidor, representante de la Unidad de Arganzuela, no cree posible que el Gobierno valenciano pueda hacerse cargo de los gastos que eso supone. "La Generalitat valenciana no va a pagar el transporte porque supone muchísimos millones. Se necesitan grúas muy pesadas para levantar esas máquinas", dice.
En cuanto a, incluir en la exposición máquinas que ahora están a la intemperie, los vecinos opinan que esto supondrá sacar otras que ahora se exhiben al público porque no hay suficiente espacio dentro del museo. "Tendrán que sacar fuera material que acabará estropeándose y oxidándose", comenta Texidor.
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