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Un penalti decide un mal derbi

El Sevilla se ahogó en la maraña defensiva del Betis

El derbi se sentenció como los grandes duelos. La pena máxima con la que Fernández Marín castigó el derribo de Diego a Cañas dio la victoria al Betis, que suma ya seis positivos y se consolida en la zona alta de la tabla para esperar el domingo al Madrid. El partido careció de fútbol. El Sevilla se ahogó en la maraña defensiva que Serra dispone con su equipo fuera del Benito Villamarín. Ni Sevilla ni Betis dieron la medida esperada. El derbi se quedó huérfano de fútbol desde el primer minuto. El miedo superó a las ganas de vencer y el balón apenas apareció por las áreas. Los errores en las entregas se sucedían como las faltas (23 en la primera mitad). Las tarjetas y los brotes de violencia apagaron cualquier atisbo de clase. Los únicos que no fallaron fueron los aficionados. Béticos y sevillistas pusieron el color y el calor que marcó el partido.

Las defensas superaron a las delanteras, como era previsible en dos equipos que hacen gala de ello. Suker fue un fantasma envuelto en las sábanas de Ríos, espléndido en la marca y en la anticipación. Y Cuélllar, que comenzó asustando, se apagó conforme avanzaban los minutos.

El Betis dominó el juego en el primer periodo. Fue, además, el que metió más miedo a su rival. El equipo de Serra manejó mejor el tempo del partido; salió con mayor agilidad de su línea media, y creó mayor peligro. Su centro de campo cuidó más la pelota y se proyectó con mejor orientación hacia el marco sevillista.

Los locales ayer, en cambio, basaron su juego en pelotazos largos sobre Suker. Luis desplazó a Rafa Paz hacia el centro del campo para que Cortijo cerrara el paso a Menéndez en la banda. El resultado en la primera mitad fue que el Sevilla perdió efectividad en sus llegadas por la derecha y encima atascó el centro del campo con Marcos y Paz luchando por los mismos metros. Cortijo, obsesionado con las llegadas de Menéndez, también cegaba metros para las internadas de Moya.

La segunda mitad fue algo más dinámica. El Sevilla salió dispuesto a arriesgar algo más en el embite y el Betis encontró su mejor arma desde el comienzo de la Liga. Cañas puso a hervir el partido con una internada que acabó en el punto de penalti. Diego se interpuso en su último regate y derribó al carrilero verdiblanco. Alexi no falló desde los 11 metros y decidió el partido.

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