Los ecos del serial

Las viejas glorias del serial siguieron ayer la estela de Guillermo Sautier Casaseca, "el más glorioso de todos los autores de radionovelas", según afirmó Iñaki Gabilondo. En un programa como los de antes, cara al público, con la Orquesta Radio Topolino, discos dedicados a los radioyentes, fragmentos de folletines y el himno del Cola-Cao, como telón de fondo, Hoy por hoy emprendió un viaje por los culebrones radiofónicos de los años cincuenta y sesenta. Gabilondo reunió a la estirpe familiar y profesional de Sautier Casaseca.

Matilde Conesa, que hizo una vibrante dramatización de Lo que nunca muere, una historia plagada de amor y odio, recordaba cómo se paralizaban los comercios, sobre todo las peluquerías, a la hora de la radionovela. Y la tecnología hizo ayer que su voz se fundiera con la del desaparecido Pedro Pablo Ayuso en un fragmento de Ama Rosa. "Era el mejor. Hacía igual de paleto que de galán", dijo Conesa.

Manuel Lorenzo, el abuelte cascarrabias de La saga de los Porretas; Aparicio Rivero, un narrador que envolvía al oyente; Esteban Cabadas, maestro de los efectos sonoros, y Juana Ginzo, una de las más emblemáticas voces del serial, evocaron la memoria de Sautier, un hombre vehemente y muy severo, segun afirman quienes trabajaron con él. Lo ratificó su hija Carmen.

Autor de títulos como Los parientes pobres, Lo que nunca muere, La rival o El derecho de los hijos, Sautier Casaseca conmovió e hizo llorar a la España de la posguerra. Pedro Barea autor del libro La estirpe de Sautier, asegura que "el serial es un género que encierra amor, pasiones desata das, fantasía, consuelo, falsas fi guraciones, trampas y, en el caso español, propaganda y mentiras. Pero también fue un excelente producto radiofónico donde mucha gente dejó su talento".