Concentración
Hay que empezar a revisar los libros. Se esta terminando la época en la que las cuestiones más importantes alrededor de un partido de baloncesto se podían resolver explicando el acierto o desacierto en ataque, la efectividad defensiva, la capacidad reboteadora, el feliz día de un jugador marginal o el mal rendimiento de una estrella. Tampoco vale ya la clarividencia de un movimiento del entrenador, o en último caso, la suerte. Al parecer eso ya está pasado de moda. En estos tiempos difíciles, lo que realmente importa, aúpa y hunde, da razón de ser a casi todas las tácticas, posibilita el éxito y aboca al fracaso, es la "concentración". Así de simple.A las pruebas me remito. Cuando un equipo que tiene que ganar no lo hace, le faltó "la necesaria concentracion". Cuando un equipo que teóricamente debe perder, acaba venciendo, es que salieron "muy concentrados". Si a lo largo de un encuentro un conjunto derrocha una clara ventaja se "relajó con la diferencia" lo que en el otro bando se convierte en un "a pesar de la desventaja, no perdimos la concentración". En caliente, el árbitro es culpable pues "hizo perder la concentracion", e incluso en una gran pirueta psicotécnica, se puede llegar a responsabilizar de una mala actuación a que se jugó "con un exceso de concentración". No es de extrañar que España perdiese con China por falta de concentración al comenzar la segunda parte, que todos los males del Madrid estén en su incapacidad de mantener la concentración, que el Barca sería imparable si no sufriese lagunas de concentración, que los equipos con problemas económicos no 'logren concentrarse en el juego y así podríamos seguir.
Es de suponer que la concentración, la lucha, el esfuerzo, son condiciones intrínsecas a un comportamiento profesional, por lo que no debería ser motivo ni de crítica ni de halago. El baloncesto es un juego, y como tal no es un ciencia exacta, lo que justifica el error humano. Pero no es de recibo que cada semana haya que acudir a la dichosa concentración para entender los avatares del juego. O los análisis están equivocados, o por duro que parezca, el baloncesto español no ha logrado que sus jugadores se comporten profesionalmente. Que cada uno elija el que más le guste.
