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Aletazos en la oscuridad

El equipo de submarinistas de la Guardia Civil de Madrid ha rescatado este año ocho cadáveres de los embalses de la zona centro

Varios buceadores tomados de la mano se sumergen cada semana en las aguas del pantano de San Juan. A más de un metro de profundidad, la oscuridad es total. Las partículas en suspensión impiden el paso de la luz solar bajo el agua. Los submarinistas tienen que buscar los cadáveres al tacto y permanecer unidos de la mano y a una cuerda para no saltarse ni un centímetro del fondo. Así busca la Guardia Civil los cuerpos de los ahogados en un embalse, la mayoría bañistas imprudentes que se adentran en verano a refrescarse en los embalses.La mayoría de las inmersiones son sólo de entrenamiento, aunque desde que comenzó el año estos submarinistas han rescatado ocho cadáveres. Mario, miembro del equipo, explica: "Lo peor de un salvamento es la presión por parte de los familiares de la víctima:, porque se angustian y quieren que busquemos sin parar y no puede ser". Al mando del Servicio de Actividades Subacuaticas está el comandante Lorenzo, que corrobora este punto: "El ambiente puede caldearse y crecer la animosidad hacia los submarinistas porque la gente que tiene a un ser querido bajo el agua no entiende que necesiten una preparación de tres horas y sólo puedan estar 20 minutos sumergidos".

Mario y otros tres, compañeros se zambullen en el embalse de San Juan. Ya están acostumbrados a entrar en ese mundo de oscuridad. Los buceadores tantean el fondo irregular de los pantanos asidos a una cuerda guía. "El problema de la búsqueda es que el fondo sea muy accidentado y te subas un metro y pases por encima del objeto sin tocarlo" indican. El tacto no siempre es fiable bajo el agua. El comandante Lorenzo recuerda una ocasión en que buscaban a un hombre de más de cien kilos y no le encontraron hasta que, dos días después, salió a flote. Habían pasado sobre él varias veces confundiéndole con una piedra.

Desde que comenzó el año, hasta septiembre, el equipo de submarinista s de Madrid ha rescatado ocho cadáveres de los embalses de Madrid, Guadalajara, Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Cáceres.

Los submarinistas llevan una cámara de descompresión. Esta máquina sólo se utiliza cuando un buceador ha subido a la superficie demasiado deprisa desde una profundidad de más de 20 metros.

100 metros abajo

A pesar de no tener costa, Madrid tiene aguas tan profundas como para precisar de los servicios de este tipo de máquina, que se transporta en un camión y en la que caben varias personas. "Algunos de los embalses más grandes de la comunidad, como el de El Atazar o el mismo de. San Juan, pueden llegar a alcanzar los 100 metros de profundidad", apunta Mario. Los fondos de los embalses suelen ser similares a la vegetación de alrededor. Así, el de San Juan es arenoso y oscuro, y el de El Atazar y los de la sierra están formados por grandes bloques de piedras.Pero entre las rocas los buceadores suelen encontrar algunas sorpresas: "Objetos de plata., candelabros, joyas procedentes de robos, animales de granja y hasta motos, coches y dos hidroaviones de Icona", indica el comandante Lorenzo. La pistola con la que fueron asesinados los marqueses de Urquijo fue encontrada en el pantano de San Juan.

Pese a los encuentros imprevistos y a que no se ve nada, los aficionados han empezado a practicar el buceo en los embalses. Lo llaman buceo de orientación y los participantes deben seguir un itinerario a oscuras, ayudados por una brújula Aunque en Madrid no pueden realizarse otras variedades más espectaculares de buceo, existe un gran número de clubes y escuelas. Así, en la Federación Madrileña de Actividades Subacuáticas hay inscrito 30 clubes.

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