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El Cibona desactiva al Barcelona con su tiro exterior

Robert Álvarez

El Barcelona despilfarró ante el Cibona el capital de un ejercicio en el que rozaba la perfección. Perdió ante el equipo croata buena parte de los ahorros que había acumulado en la Liga Europea y desfiguró una imagen que había transmitido sensaciones de invulnerabilidad. Ayer, el Cibona le endilgó una derrota que le priva de encarar el torneo europeo con la tranquilidad y relajación de los que tienen medio billete clasificatorio en el bolsillo. Pero, lo que es peor, destrozó el presumible temor con el que todos sus rivales iban a encarar los partidos que les enfrentaban.El Cibona desactivó con una defensa pícara y solidaria el sistema ofensivo del Barça, que pasaba por ser uno de los más fértiles y con mayores recursos de Europa. El Barcelona descubrió la trampa de un partido que se le había dibujado asequible por la teórica inferioridad de un rival que además acarreó con las bajas del base internacional Alanovic y, uno de sus pocos pívots utilizables, Poljak.

La forma en que la defensa croata se acopló en cada instante para abortar las posiciones de tiro del Barcelona, el rebote y, en muchas ocasiones, el simple pase desactivaron el marcador local. Sólo 8 canastas sobre 31 intentos registró la hoja de servicios del Barcelona en el primer tiempo, algo aderezada por sus constan tes viajes a la línea de tiros libres, desde donde fue infalible. El Cibona se disparó en el marcador (9-27) mediado el primer tiempo. Aprovechó los espacios que dejó el Barcelona. Mrsic y Rimac, los dos aleros croatas, ganaron posiciones de, tiro corriendo hacia bloqueos en los que se engancharon continuamente sus marcadores, Fisher y Fernández. Estuvo torpe además el Barça en el rebote, largo la mayor parte de las veces por la lejanía de los tiros del Cibona. Pese a vaivenes esporádicos del marcador, la primera parte fue del C¡bona con una dinámica de juego superior.

El Barcelona sólo apareció en escena en el arranque del segundo periodo. Lo hizo de una forma supersónica, con una impaciencia que reveló hasta qué punto le quemaba el partido.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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