El Zaragoza resuelve un partido intenso

Con un ritmo electrizante, Sporting y Zaragoza. dejaron constancia, bajo la espesa niebla que cubría el estadio zaragozano, de su gusto por el buen fútbol. Los asturianos, que llegaban como el equipo más goleado de la Liga en sus desplazamientos, nunca mostraron signos de debilidad en la zaga y por contra, tuvieron representada en Pier la efectividad en forma de futbolista. A los 10 minutos, el internacional ya había marcado dos goles, uno anulado y otro válido, al cabecear con precisión un comer.

Pero ni el gol llevó a los hombres de García Remón a echarse atrás, ni a los zaragocistas a perder la compostura. El cuadro aragonés se hizo con el mando, comenzó a trenzar su fútbol y puso cerco a la meta de Ablanedo. El gol. no parecía, sin embargo, aliado con el Zaragoza. Ablanedo, tocado por algún conjuro, vio cómo hasta tres balones se estrellaban en los palos: a los 17 minutos, tras un lanzamiento directo de falta por medio de Geli; a los 26 minutos, al detener con ayuda del poste un penalti que tiró Aragón y a los 29 minutos, en un remate de Poyet con filigrana de Pardeza que se convirtió en el gol fantasma de la tarde.

Los intentos fueron baldíos para el Real Zaragoza, que temblaba cada vez que Tomás y Pier iban al contragolpe.

El Zaragoza salió lanzado tras el descanso. El veterano Miguel Pardeza, que sólo disfruta de la titularidad cuando Higuera o Esnáider están ausentes, fue el artífice. A los dos minutos recordó por qué se ganó el apodo de ratón, al cabecear desde muy cerca un centro bajo de Geli. Cuatro después, el palo volvía a sentir el balón, pero esta vez el disparo con la izquierda de Pardeza entraba y Aragón no fallaba a los 10 minutos de la reanudación la segunda oportunidad de la tarde desde el punto de penalti.

Marcos Vales devolvió la intensidad al encuentro al marcar el 3-2. Entonces, el Zaragoza se asustó y trabajó con cautela hasta el final.