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Anguita hace una profunda autocrítica en su informe para la Asamblea Federal

Javier Rivas

Julio Anguita no se ha deslumbrado por los últimos éxitos electorales de IU. El coordinador general de Izquierda Unida ha elaborado un informe de gestión para la IV Asamblea Federal de su formación, prevista en Madrid del 9 al 11 de diciembre, en el que hace un análisis notablemente crítico del trabajo político de IU y de él mismo en los últimos dos años y medio, desde la fecha de la anterior asamblea. Tras la crítica y la "voluntad de corregir errores", Anguita pone a su organización frente a un reto: es el "ahora o nunca" si quiere hacer realidad su anunciado objetivo de convertirse en fuerza hegemónica de la izquierda.

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Anguita presentará su informe ante la Presidencia Federal de IU el próximo lunes sobre la base de un guión de 12 folios que ya ha repartido a todos los miembros de este órgano colegiado de dirección. El balance de gestión que apruebe la presidencia será enviado a todas las federaciones de IU para que preparen sus enmiendas para la asamblea.Buena parte del guión de Anguita maneja un lenguaje insólito en el máximo dirigente de una fuerza que ha convertido en éxitos sus últimas comparecencias ante las urnas -generales del 93 y europeas, andaluzas y vascas de este año-. El líder de IU señala que, desde la 111 Asamblea, en mayo de 1992, en su formación se ha evidenciado "un divorcio" entre teoría y práctica.

Ello se ha traducido en una serie de fallos: "Los mensajes más nítidos han degenerado en recursos retóricos, cuando no escapistas"; una tarea centrada en el trabajo "hacia y con la sociedad, se ha transformado en ruedas de prensa, guiños o ataques a la fuerza política gobernante"; "hemos suplido la falta de práctica y de despliegue en la sociedad con (...) centenares de folios sin habernos molestado en sacar tres ideas básicas coincidentes con las necesidades del momento".

Anguita asume que la principal responsabilidad en la situación la tiene él mismo como coordinador general, pero también reprocha a muchos dirigentes y militantes de IU que se hayan despreocupado "de cuanto ocurría a su alrededor, (...) funcionando como un partido clásico y esclerotizado". Otros dirigente! "han cerrado los censos a la entrada de colectivos [en IU] por mor de correlaciones internas de fuerza, característica ésta propia de las sectas".

El texto reconoce a renglón seguido el avance experimentado en las últimas. elecciones, pero apostilla que ello no puede servir "de venda" para que IU afronte de inmediato la tarea que se ha propuesto: sobrepasar al PSOE como principal fuerza de la izquierda.

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Respecto a la política de alianzas, una de las cuestiones que serán centrales en la discusión de la asamblea, Anguita, sin citar específicamente al PSOE ni al PP, pide a su formación que no entre en: la dinámica derecha-izquierda, sino plantear que IU se opone a las políticas neoliberales y a quienes las sustentan, "ejerzan el Gobierno o se planteen sustituirlo".

Izquierda Unida se presenta a menos de un mes de su asamblea con grandes posibilidades de cerrar la división en dos sectores que nació en 1992 y que desde entonces ha gravitado sobre su actuación. El acercamiento en los últimos meses entre la mayoría y los renovadores de Nueva Izquierda es evidente, y los buenos resultados electorales han servido de bálsamo para ir cerrando las heridas. En un tono triunfalista, miembros de la dirección no se recatan en decir que en diciembre "la unanimidad puede dar hasta vergüenza".

Las fuentes informantes indican que, junto a la mejor relación con Nueva Izquierda, también se aprecia últimamente una "reconsideración" de las posturas de los sectores más duros del PCE que se enfrentaron a Anguita por la composición de la candidatura a las pasadas europeas.

Anguita ha mantenido en las últimas semanas conversaciones con los miembros de la presidencia para hacerse un balance de la situación, y la conclusión principal que obtiene, según distintas personas que han hablado con él, es la posibilidad de presentarse ante los 964 delegados de la asamblea a la cabeza de una única lista de consenso.

Las federaciones comienzan en estos días la elección de delegados, también con la perspectiva de que haya una sola lista en casi todas ellas, salvo en Madrid, donde la unidad de la organización ha saltado en pedazos.

Desde las filas renovadoras se recalca que Nueva Izquierda defenderá en el cónclave de diciembre sus tesis, en especial sobre política de alianzas y modelo de Estado, pero también con la vista puesta en el consenso. Con todo, el líder de la corriente, Nicolás Sartorius, baraja la posibilidad de no acudir a la asamblea, según ha comentado a algunos dirigentes renovadores. "Sartorius está alejado de la vida política diaria y cree que su presencia perjudicaría más que beneficiaría el actual clima. Así que, salvo que cambie mucho la situación, es probable que no asista", agregan estas fuentes.

Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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