Los atléticos se consuelan con su filial.

JOSEBA ELOLA La afición rojiblanca tiene mono de cantar goles, de salir del campo con la cabeza alta y silbando, de sentirse orgullosa de sus colores. Y ya que el equipo grande no está dando para mucho, se tienen que volcar con el filial, convertido en válvula de escape. Ayer, el Frente Atlético se concentró en Usera para animar al equipo pequeño de la casa. No pararon de corear los nombres de sus jugadores, de agradecer el esfuerzo de estos aspirantes a jugar en Primera y volvieron a montar la fiesta en el fondo en que estaban instalados al acabar el partido. La victoria de ayer frente al Moscardó coloca al Atlético B al frente del pelotón de equipos madrileños de la categoría.

El partido tardó en arrancar. Aunque ninguno de los dos equipos conseguía imponer claramente su dominio, fue el Atlético el que poco a poco fue encariñándose con la pelota. En las botas del joven Dani, un habilidoso extremo con recursos, se fraguaban la mayor parte de las opciones de ataque del Atlético. Pero faltaba definición en los últimos metros y la cosa se quedaba en bonitos caracoleos. Un remate del ariete del Moscardó David fue la ocasión más clara del primer periodo.

Con la segunda parte llegó el movimiento. El Mosca saltó al campo con ganas y creó tres oportunidades de gol, dos de ellas muy claras, en los primeros 10 minutos. Olivar y Quillo tuvieron dos goles en sus botas, pero no supieron aprovechar la relajación inicial del visitante. En cuanto el Atlético recuperó el tono, se hizo con los mandos de la contienda. Su mayor virtud fue la eficiente presión en el medio campo, que permitió abortar las acometidas locales y facilitó el juego de contraataque.

En el minuto 71 llegaba la clave del partido. Luna, central del Moscardó, cometía falta al borde del área y se ganaba la segunda cartulina. Y Dani encontraba recompensa a su clase al lanzar la falta, que superaba a la barrera limpiamente y se colaba por la escuadra. En dos minutos, el Moscardó encajaba un gol y perdía un hombre. Ya no se pudo recuperar del mazazo.

Los locales intentaron reaccionar, pero la zaga atlética anduvo atenta al corte. Sólo una Jugada individual de Movilla, con disparo desde fuera del área, pudo alterar el curso de las cosas. Pero Ricardo paró. El Atlético B ensayó varias jugadas (le contraataque sin fruto alguno hasta que llegó Luis y, con una larga carrera y un mejor toque de balón, batió a Rojas en su salida y selló la victoria.