Camacho acaba con Floro, en media hora

José Antonio Camacho había dicho que el Español actual no engaña a nadie. Tampoco engañó a Benito Floro, pero ayer faltó a la verdad en un marcador generoso ante el Albacete. El público de Sarriá vibró con la primera victoria desde la segunda jornada de esta curiosa Liga, pero su júbilo radica en los goles más que en el juego.Era lógico que el rosario de goles fragmentara el encuentro en diversos episodios. El primero duró 23 minutos. En el campo sólo había un equipo, que triangulaba su juego, que siempre tenía opciones para el pase y que cortaba los avances del contrario robando balones en las vecindades del círculo central. Ese equipo era el Albacete. Terminó el episodio con un 3-0 en contra.

Se puede decir que el Español había empezado el encuentro bien plantado sobre el terreno. Tambien plantado que amenazaba con echar raízes. Sus posiciones estáticas dificultaban la salida desde atrás, y sus torpezas reducían su juego a la búsqueda de Radu, todo clase.

Lo único que produjo el Español fue goles. Uno por avance. Primero Santi permitió que Lardín controlara un servicio de Francisco, recortara y marcara. Un minuto después, el Albacete confirmó que su flagrante defecto era un centro del campo que no ofrecía cobertura defensiva. Roberto recibió la pelota lejos de la portería. Francisco le instó a servirle un pase por la banda, pero no obtuvo obediencia. Oliete se fue con Francisco; Fradera se largó con Radu y Roberto avanzó indemne para batir con sencillez a Marcos. Fue una nueva penetración incontrolada de Roberto, que puso el tercer gol en, bandeja para el rumano.

Floro enseguida abrió el segundo capítulo, dando entrada al delantero Antonio por Coco y dejando la defensa en manos de Santi, Fradera y Oliete. El Español dio otra respuesta seca originada por un precioso recorte de Arteaga por la izquierda y un remate de Lardín.

El 5-1 en el descanso representó un extraño balance. Decidido el partido, en el segundo tiempo hubo más juego que goles.