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COMPETICIONES EUROPEAS

Desastre del Deportivo en Austria

El colíder de la Liga española cayó por 2-0 ante el modesto Tirol

Xosé Hermida

El Deportivo presenta un expediente sin mácula en la Liga pero camina renqueante por Europa. En Innsbruck se encontró con dos goles en contra en un partido que parecía capear sin extraordinarios agobios. Aunque los coruñeses no ofreciesen un brillo especial, el encuentro se disputó más en el campo del Tirol que en el terreno gallego. Pero los zarpazos, típicos de los conjuntos centroeuropeos, dejaron al Deportivo sin respiración y le tuvieron durante algunos minutos al borde de la goleada. Al final pudieron reaccionar y entonces se dieron cuenta de que faltaba Bebeto. Desde el inicio del campeonato el Deportivo sólo ha perdido dos encuentros y ambos han sido en la Copa de la UEFA. Para levantar la eliminatoria no tendrá más remedio que apelar a la ética en Riazor.Para el Deportivo, el encuentro suponía una oportunidad de alejar el fantasma del Rosenborg, un equipo noruego sin tradición que le tuvo al borde de la eliminación en la primera ronda del torneo y todo por la penosa imagen de los coruñeses que en ningún momento dieron la talla que cabe esperar en uno de los aspirantes al título de la Liga española. En Innsbruck, el Deportivo ofreció una cara mucho más presentable pero la rueda de la fortuna giró en sentido inverso a como lo hizo contra los noruegos. Y el Tirol, muy distinto a aquella pandilla de amigos que hace cuatro años se llevó nueve goles del Bernabéu, acabó sacando partido a la velocidad de sus dos estrellas, el checo Danek y, sobre todo, el senegalés Sane.

Tuvo el Deportivo la ocasión de poner el encuentro a su favor cuando iba sólo un cuarto de hora, pero Salinas volvió a llenar de argumentos a sus detractores con otro fallo de los suyos. Pero el hecho fue, para bien o para mal, que Salinas fue el protagonista de las principales jugadas de ataque durante casi todo el partido y eso deberían tenerlo siempre en cuenta los que se empeñan en crucificarle anticipadamente en La Coruña.

Los coruñeses habían tardado en asentarse sobre el terreno pero a raíz de otra ocasión fallada por Salinas tomaron el mando del encuentro. Y fue el momento escogido por el Tirol para atacarles a traición. Cuando más replegados parecían los austriacos, llegó una jugada donde la habilidad de Sane se mezcló con una carambola entre Voro y Canales. Un golpe bajo para el Deportivo, que sin embargo no se dejó llevar por el pesimismo. Antes del descanso, de nuevo Salinas y Fran, con un gran zurdazo desde 30 metros, devolvieron la esperanza para la segunda parte.

El Tirol volvió a castigar el hígado coruñés sin estridencias, sin alardes, pero con enorme precisión. Era el minuto 55 y Danek resolvió con fortuna la primera ocasión de gol de la segunda parte. Entonces sí que pareció derrumbarse el Deportivo. Empezaron a caer misiles sobre el área de Canales mientras Sane ofrecía las dosis de exotismo e imaginación que se suponen ajenas a un fútbol tan proclive a la hosquedad. El tercer gol se anunciaba con pompa.

Pero se rehizo el Deportivo y recobró la fe el último cuarto de hora. Entonces se echó de menos a Bebeto o a un Fran sin fuerzas ya para echarse el equipo sobre sus espaldas. Aun así hubo dos ocasiones muy claras: un balón cruzado de Claudio y un remate de Voro que los austriacos salvaron sobre la raya. Hasta el suspiro final, los blanquiazules continuaron acometiendo con valentía el área rival, aun a sabiendas de que en cualquier contragolpe el partido podría tornarse en tragedia. Pero los caminos hacia el gol estaban cerrados. Todo quedó a expensas de que funcione ahora la magia de Riazor. El desafío no parece sencillo.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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