El Madrid B juega bien pero se olvída de ganar

Si el Madrid B no ganó ayer, no gana nunca. Lo tuvo todo: ganas, juego y ocasiones. Incluso gozó de superioridad numérica durante más de media hora. Dio igual. A la Ciudad Deportiva llegó un presunto aspirante al ascenso, el Marbella, para dar una tremenda lección de vulgaridad. Y se fue con un empate al que le sobró injusticia por todos lados.El Madrid tuvo momentos enormes. Como los que transcurrieron entre los minutos 50 y 60 en los que disparó nueve veces a portería. Sólo Yosu fue capaz de evitar una goleada que olía a inevitable. Pero el marcador se mantenía tozudo en el 1-0, un resultado que cabía en cualquier partido menos en éste. Ya en la primera parte el Madrid jugó solo. Tiró de dos jugadores tan distintos como Jaime y Marcos para bordarlo. El primero, de apariencia frágil y juego aseado, muy en la onda de Milla; el segundo, frenético y desequilibrante, al que la categoría se le ha quedado pequeña. Yosu, por supuesto, y la mayúscula torpeza de Pedro ante el gol evitaban la goleada.

Y en la segunda mitad, lo mismo multiplicado por 100. Jugaban 11, los de blanco, contra uno, Yosu. A los andaluces les dio igual que expulsaran a Caro. ¿Qué más da que no hagan nada 10 o que no lo hagan nueve?

El juego del Madrid empezaba a ser tan mentiroso como el marcador, porque ya resultaba pesado su empeño en estrellar todo su crédito en los guantes de Yosu. El Marbella se acercó por decir algo, en un disparo de Juan Carlos que se fue a La Paz. Y entonces llegó lo inimaginable. Lukic la cuela no se sabe por dónde; Gómez le responde con un imposible: batir de nuevo a Yosu. Y, en el colmo del absurdo, el mejor del partido, Marcos, le regala el balón a Lukic para que el Marbella siga con su cartel de presunto aspirante y el Madrid le grite a los cuatro vientos que no tiene ni idea de ganar.