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Manteles para los químicos

Ciencias de la Autónoma compra material de comedor y de laboratorio

Paz Álvarez

Ya no tendrán que abrir las tarteras ni comer los bocadillos en el suelo como ocurría los últimos años. En la facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma (8.000 matriculados) se están haciendo mejoras en las instalaciones de comedor y de laboratorio. A petición de los alumnos se colocan estos días mesas con sus respectivos bancos para poder tomar el rancho a mediodía. De momento, se tienen que conformar con ocho mesas habilitadas en un pasillo próximo a la cafetería. En los próximos días acabará de instalarse en los pasillos de la facultad, limpios ya de taquillas, el resto del mobiliario. Sólo falta que los bancos viejos repartidos antes por la facultad se lijen y barnicen y se coloquen junto a las mesas recién adquiridas. La Autónoma ha invertido en este improvisado comedor 1.200.000 pesetas.Entre clase y clase, un grupo de alumnos, sentados en varias mesas, apuraban el jueves sus bocadillos a mediodía. "Mejor esto que nada. Ya era hora que tuvieramos un sitio donde poder comer el bocata que nos traemos de casa. Nos pasamos todo el día en la facultad y necesitábamos una zona donde poder estar", contaba ayer Marcos, un alumno de Matemáticas, mientras tomaba un bocadillo de tortilla y echaba una partidita a las cartas con sus compañeros sobre una de las mesas recién estrenada. "Nosotros no tenemos presupuesto para comer de mesa y mantel todos los días y necesitábamos un sitio digno", explicaba Raquel, una futura matemática de 21 años.

Las protestas de los alumnos el año pasado llegaron a oídos del decano de la facultad, Santiago Carrillo Menéndez, quien tomó buena nota. "Este era uno de los problemas que tenía máxima urgencia en solucionar. Los chicos ahora tendrán un sitio donde poder estar a la hora de la comida", cuenta el decano. Y para aliviar el problema de la falta de mesas libres, los responsables de la cafetería también han tomado cartas en el asunto: a mediodía están prohibidos los juegos de naipes en el recinto. De este modo, se podrán servir más de un centenar de comidas al día. Los alumnos disponen además de un comedor con cabida para unas cien personas , y de una sala en la que se colocará en breve un microondas para calentar las tarteras con la comida de casa.

Otra de las peticiones que el pasado curso formularon los futuros químicos y biólogos fue la necesidad de unas duchas de emergencia en los laboratorios. Pues bien, unas 40 alcachofas de color amarillo, repartidas entre los dos centros, empiezan a colgar de los techos.

"Esto era algo que verdaderamente necesitaban los chicos porque si te cae encima algún producto tóxico tienes que tener a mano una ducha donde poder limpiarte, decía el jueves Santiago Carrillo, mientras enseñaba como niño con zapatos nuevos, entre tubos de ensayo y probetas, las mejoras introducidas en los laboratorios de Químicas. En estas salas trabajan unos 2.800 futuros químicos.

En un lugar bien visible, pegados a las mesas de trabajo, se han instalado los lavaojos, "mini-duchas con el chorro de agua hacia arriba", explica Carrillo. Y como remate a las medidas de seguridad en los laboratorios que manipulan los alumnos, se están colocando campanas extractoras, que engullirán los productos tóxicos. El presupuesto total de todos estos utensilios asciende a unos cuatro millones de pesetas.

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Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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