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LAS NUEVAS REGLAS

Espectáculo ante todo

La mayoría de los deportes modifican sus reglamentos en busca de más público y más claridad en las normas

Los dirigentes del deporte mundial parecen haber perdido un cierto respeto por la tradición. A ellos no parecen importarles los muchos años de historia que arrastran la mayor parte de las disciplinas deportivas. Les preocupa adaptarse a los tiempos actuales, a la exigencia de un público que detesta todo aquello que no huela a emoción e intensidad. Su lema es espectáculo ante todo. Y para lograr ese fin no se entretienen en analizar los medios. La mayoría se han lanzado de cabeza hacia los reglamentos y los han modificado en busca del público perdido o para evitar los odiados tiempos muertos, a los que en muchas ocasiones obligan las exigencias televisivas.Básicamente, los cambios de reglamento responden en todos los deportes a tres factores esenciales: favorecer el espectáculo, eliminar la pérdida de tiempo y erradicar la violencia en lo posible. Y eso afecta tanto a las disciplinas más seguidas como a las que lo son menos. Hay también otro elemento relacionado con los anteriores. Técnicos y colegiados están de acuerdo en que debe sistematizarse al máximo el reglamento para evitar en lo posible el error humano.

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Algunos deportes estadounidenses han incorporado ya métodos de ayuda externa para los árbitros. Eso ocurre en la Liga de fútbol americano. Allí los errores son menos que en la Liga española de fútbol, por ejemplo, donde cada semana se convierten en el comentario de los aficionados y en el tema principal en los análisis de la jornada. La FIFA no ha encontrado las fórmulas más adecuadas para canalizar la ayuda que podría suponer para los árbitros una reflexión de una tercera persona a partir de la repetición de las jugadas conflictivas por televisión. Por el momento, el vídeo es aceptado para sancionar, pero no para modificar decisiones en el mismo terreno de juego.

Otros deportes, en cambio, han resuelto ya estas situaciones En el fútbol americano los colegiados mantienen contacto con un árbitro exterior que utiliza una moviola. Y el tenis ha colocado una cinta magnética en la línea de saque -el aspecto más conflictivo- Si la bola la supera, emite un sonido y el árbitro sabe que el servicio fue malo.

El baloncesto ha propuesto para esta temporada una lista interminable de modificaciones, algunas tan poco relevantes como que los jugadores deberán llevar la camiseta dentro de los pantalones, pero otras destinadas a clarificar conceptos. "Para nosotros", explica Marc Zanolin, asistente del secretario general de la federación internacional (FIBA), "hay una cuestión fundamental: el público paga y, por tanto, hay que ofrecerle el mejor espectáculo posible". "No es que afrontemos ninguna crisis", prosigue. "Cada vez hay más gente interesada en el baloncesto. Pero debemos ayudar al deporte haciéndolo más claro para los jugadores y más fácil para los árbitros".

También el fútbol necesitaba cambios. Y los propuestos se dirigen hacia los mismos fines: clarificar y potenciar el espectáculo. "Buscamos dos objetivos fundamentales: por un lado, proteger el principio de deportividad, sancionando las infracciones que perturben el desarrollo del partido, y por otro, proteger el fútbol de ataque". Esa es la reflexión del veterano directivo Pablo Porta, que actualmente preside el Comité de Disciplina de la Federación Internacional (FIFA).

Es un planteamiento válido para muchas otras modalidades deportivas, desde la fórmula 1 -que entre accidentes mortales y sanciones está viviendo un calvario- hasta el rugby, el voleibol, el hockey sobre patines y el balonmano. De una u otra forma, todos persiguen mantener la atención de un público cada vez más repartido y evitar que el error humano pueda determinar resultados y clasificaciones.

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