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CONCLUSIONES DE LA CUMBRE FINANCIERA DE MADRID

Un debate soterrado

Bajo el debate que sobre los derechos especiales de giro (DEG) se ha suscitado en Madrid se esconden más que razones económicas. La polémica sobre si hace falta liquidez en el sistema o no en los próximos cinco años, o sobré si una nueva emisión generaría o no inflación, no ha hecho más que tapar otra de mayor calado: ¿Qué papel se le quiere dar a esta moneda del Fondo Monetario Internacional?Quizás haya sido el deseo expresado por Michel Camdessus, el director generente del FMI, de que el DEG llegue a suponer el 9% del total de reservas internacionales (excluido el oro) lo que haya puesto nervioso al Grupo de los Siete (G-7), que cuenta con monedas más que potentes.

Ya lo dijo el propio director gerente estos días en Madrid. "La cuestión del futuro del DEG exige un estudio en profundidad que deberá tener en cuenta el progreso logrado en Europa con la creación del ecu". Y también replicó, en sentido contrario, Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank, que pidió mayor claridad del papel que cumple el DEG en el sistema monetario internacional.

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Los desafíos de la recuperación

Hoy, los derechos especiales de giro -en realidad una unidad de cuenta formada por cinco monedas y que equivale a 1,48 dólares- sólo suponen un 2% de las reservas internacionales, y hay países que creen que así está bien. A juicio de Alemania, por ejemplo, la única razón para emitir más, es que accedan a ellos los países que ingresaron en el Fondo Monetario Internacional después de 1981, fecha en la que se hizo la última emisión.

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