Felipe González impone su mayoría a Guerra
20 renovadores anulan en la ejecutiva el congreso de Huelva, frente a la oposición de 10 guerristas
. Felipe González y los dirigentes renovadores de la ejecutiva federal socialista apoyaron ayer en bloque al secretario de organización, Cipriá Ciscar, frente a los planteamientos de Alfonso Guerra sobre el cúmulo de conflictos que han dividido al partido en Andalucía. Por segunda vez en la reciente historia del PSOE, la ejecutiva federal tuvo que llegar a la votación. La solución renovadora defendida por Cipriá Ciscar para los conflictos andaluces -que incluía la anulación del congreso de Huelva, impugnado por los opuestos a Guerra ganó: 20 votos a favor frente a 10 de los guerristas y dos abstenciones. De haber perdido, la autoridad de Ciscar hubiera quedado mucho más que debilitada. Felipe González se ausentó antes de la votación.
Los guerristas de Huelva se mostraron desolados inmediatamente después de conocer la decisión. Como estaba previsto, van a recurrir a los órganos de control internos y siguen sin desechar acudir a los tribunales ordinarios. Los delegados electos se mantienen, aunque se anula el congreso, ya que Ciscar consideró que tenían razón los renovadores en su queja de haber visto excluidos a seis representantes de sus filas, lo que motivó que abandonasen el cónclave, dejando solos a sus oponentes. Es muy probable que el congreso lo vuelva a ganar el guerrista Carlos Navarrete, pero la opinión de la ejecutiva federal es que sus resoluciones hay que cumplirlas y por tanto, admitir a los seis apartados.A la propuesta de Ciscar se planteó una alternativa presentada por Txiki Benegas, secretario de relaciones políticas. Ambas se votaron a la vez: 20 miembros de la ejecutiva respaldaron a Ciscar; 10, a Benegas, y dos se abstuvieron. Benegas pretendía parar la repetición de congresos, abrir un diálogo que permitiera la integración de las minorías en los órganos provinciales y en el comité regional andaluz con el compromiso absoluto de apoyar sin fisuras al secretario regional y presidente de la Junta, Manuel Chaves.
Votaron en contra Guerra, Benegas; el presidente del partido, Ramón Rubial; el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Francisco Fernández Marugán, Abel Caballero, José Antonio Amate, Matilde Fernández, Luis Martínez Noval y Josefa Pardo. Las abstencion es correspondieron a Manuela de Madre, del Partit dels Socialistes de Catalunya, y Blanca García Manzanares, de Navarra.
"Reglas del juego"
Una vez restituido "el respeto a las reglas del juego", la mayoría dirigente optó por la prudencia y el consenso. Se deja a los malagueños y a la dirección regional que busquen una solución para su propio conflicto, al tiempo que se anima a granadinos y almerienses a que concluyan los suyos con sendos congresos de integración.
Los renovadores llegaron a la ejecutiva con la expectativa de que su secretario general parara los pies a sus oponentes. "Debes tomar medidas concretas que repongan la autoridad de los órganos elegidos democráticamente e impidan las actividades faccionales", había escrito el renovador Luis Yáñez a González. El objetivo ha quedado cumplido. Ciscar vio aprobada su propuesta para Andalucía, que si bien toma una decisión drástica para Huelva, aboga por el acuerdo y por la prudencia en el resto de los casos. Guerra se opuso a la anulación del congreso onubense y acompañó sus asertos con prolijos detalles de impugnaciones, propuestas y contrapropuestas en el proceso de Huelva.
Toda vez que existía ya una resolución del secretario de Orón para declarar nulo eso onubense, una rectificación hubiera significado la desautorización total de Ciscar s seis meses de su eleciones satisfacción era enviando compareció ante periodistas tras cuatro horas y media de reunión. Dos horas antes se había ido Felipe González. Pero no se ausentó sin dejar clara su doctrina: la autoridad recae en la ejecutiva federal, aunque se tiene que escuchar a todas las partes e intentar el diálogo.
Llamamientos al acuerdo
En suma, según distintos asistentes a la reunión, el secretario general equilibró sus alusiones a la firmeza y a la autoridad de la ejecutiva con llamamientos al diálogo y al acuerdo.
Felipe González no puso paños calientes en relación a la creación por parte de diputados y senadores guerristas de una suerte de estructura paralela dentro del grupo parlamentario con su propia coordinación, al margen de los cinco responsables, dirigidos por Joaquín Almunia y elegidos por mayoría. "Sobre eso si que mostró una gran preocupación", señalan dirigentes de la ejecutiva.
En este punto intervino Alfonso Guerra para defender el derecho de reunión de los diputados y senadores, así como la facultad de siempre de los parlamentarios de presentar dentro del grupo Iniciativas, pro puestas y mejoras a las de la dirección y. del Gobierno. La ex ministra Matilde Fernández también intervino para avalar esa tesis.
Una cosa es cenar y comer entre compañeros y otra muy distinta elegir una coordinadora paralela, como han hecho los guerristas, replicaron varios dirigentes renovadores. Al final, la ejecutiva tomó la decisión de que Cipriá Ciscar, Txiki Benegas y Joaquín Almunia, presidente del Grupo Socialista, investiguen si verdaderamente existe una coordinadora guerrista paralela. Benegas no asistió a la cena en la que se constituyó la coordinadora en la que si estuvieron otros guerristas de la ejecutiva.
Este asunto, que ha preocupado gravemente a los renovadores, no fue objeto de votaciones, sino que ésta se limitó al caso andaluz. Felipe González, el ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, y el secretario general de los socialistas del País Vasco, Ramón Jáuregui, no estuvieron presentes en la votación.
Los guerristas de Huelva calificaron de "injusta" la decisión de anular su congreso, según expresó el senador Antonio García Correa. "Ganamos de forma legítima, pero Ciscar se había comprometido muchísimo en anularlo", dijo el senador, según informa Luis E. Siles.
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