El Athletic sufre para doblegar al Logroñés
Habrá que apelar a la crónica de ausencias y a la previsible abulia del Logroñés para definir el altercado de unos y otros con el inocente balón. Discusión más que discurso, fe sin obras y mucha escenificación de la impotencia.El Logroñés midió mal el partido y desconocía que el Athletic, carente de oficio y de talante, tiende a simular tras el descanso mucho más de lo que encierra. Tras un primer tiempo caótico, sin fútbol ni ocasiones, acometió la segunda mitad con un estilo muscular que sorprendió a los riojanos. Tres ataques alocados preludiaron el gol de Suances en la única combinación rojiblanca del encuentro.
El Logroñés, en su papel, había aguantado con decoro uno de los dos asaltos, a base de férreos marcajes y mediante el buen tacto de Eraña y José Ignacio para hacer circular el balón. Tampoco hilvanaron jugadas de renombre pero al menos obtuvieron dos libres directos que apuraron la portería de Valencia.
Sin embargo, el vodevil no tenía gracia. Era una sucesión de empeños irónicos, sólo aliviados por el oficio de algunos actores veteranos o la impetuosidad de los debutantes. Ellos se llevaron las únicas palmas en un concierto de silbidos.
El Athletic agotó su crédito en 10 minutos y quiso vivir de exiguas rentas. La entrada del joven Kortina pulsó el sentimiento de la grada, pero su aportación en el terreno de juego fue discreta.
