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Reportaje:MOTOCICILISMO

Fin de curso en Montmeló

Los pilotos españoles tienen una última ocasión para confirmar su recuperación

El Campeonato del Mundo aterriza el próximo fin de semana en Cataluña con casi todo el pescado vendido. Sólo queda un título por decidirse, el de 250cc. El australiano Mick Doohan (Honda) saborea su éxito en 500cc: desde hace semanas y el japonés Kazuto Sakata (Aprilia) se aseguró la corona de 125cc en el último gran premio, en Argentina. Incluso los sidecares, que corten por primera vez en Montmeló, tienen ya campeón, el suizo Rolf Biland (LCR).

Con los campeonatos sentenciados se puede caer en el error de creer que la cita en Montmeló no es más que un trámite. Nada más lejos de la realidad. Es este un mundo sin memoria en el que los protagonistas valen tanto como su última actuación. Además, ganar en la cita final conduce con certeza a un invierno tranquilo. Incluso salir en la última foto de podio puede asegurar la continuidad, convencer al patrocinador o permitir negociar un fichaje con ventaja.

Entre los que van en busca del último éxito salvador están casi todos los pilotos españoles, que han vivido, en conjunto, un año de recuperación, aunque sin estar a la altura de. épocas pasadas. De los 13 que empezaron el campeonato, a los que se sumaron otros 2 más adelante, apenas una tercera parte ha logrado destacar, y no todos llegan al final con aprobado.

Ocho podios

Hasta ahora los españoles han sumado un triunfo y en otras siete ocasiones han subido al cajón. Jorge Martínez Aspar, Álex Crivillé, Alberto Puig y Herri Torrontegui han sido los artífices. Para la última carrera, sin duda, el hecho de correr en casa supone un estímulo añadido para cerrar el curso con buena nota. Y es evidente que en Montmeló los locales van a participar de lleno en todas las batallas.La única guerra que debe resolverse el domingo es la del cuarto de litro. Aspiran al cetro el italiano Max Biaggi (Aprilia) y el japonés Tadayuki Okada (Honda). Si gana este último, el campeonato asistirá a un doblete de Japón y de la primera marca nipona. Si vence Biaggi, que parte con una ventaja de ocho puntos, Italia celebrará un título individual y dos éxitos de constructores.

Italia, Japón, Australia y Estados Unidos se han repartido el protagonismo de la temporada 1994. Y los pilotos españoles han estado al rebufo de los países dominadores, hasta que Jorge Martínez Aspar conquistó hace ocho días la esperada victoria y rompió una racha negativa de dos años.

El triunfo del piloto valenciano en la carrera de 125cc: disputada en Argentina reivindica el papel del motociclismo español, que a lo largo de todo el año ha ido recuperando paulatinamente el pulso. Además de la eterna lucha de Aspar y Torrontegui, las actuaciones de Crivillé y Puig en 500cc, la categoría reina, han reanimado a la afición. Y han aparecido nuevos valores, como Checa, Alzamora, Maturana y Cardoso, lo cual demuestra que, pesé a las dificultades financieras, la cantera sigue funcionando.

En el Circuito de Cataluña se les presenta a todos ellos la última oportunidad de culminar con éxito una temporada ascendente. Es el fin de curso para todos, y muchos, la mayoría, necesitan destacar, tienen que hacer méritos para volver a tener en 1995 la confianza de las marcas, los patrocinadores y los seguidores. Demasiados pilotos no pueden dejar pasar el último tren. En 500cc, sólo han ganado carreras el todopoderoso Doohan, nueve veces; el ex campeón Kevin Schwantz (Suzuki), dos; el estadounidense John Kocinski (Cagiva) y el italiano Luca Cadalora (Yamaha), una cada uno.

En 250cc, los éxitos han estado más repartidos, pues ésta es la cilindradada más equilibrada, pero también es donde hay más motos oficiales y más pilotos que necesitan resultados. Y en 125cc, los japoneses apenas han dejado migajas para el resto del pelotón.

Mercado de traspasos

Además de tabla de salvación o de hundimiento definitivo en algunos casos, el Circuito de Cataluña va a convertirse este fin de semana en un mercado de traspasos. A falta de cinco meses para el comienzo de la próxima temporada, muy pocos equipos han confirmado sus alineaciones y son escasos los pilotos que ya han asegurado su futuro inmediato.Queda claro, por tanto, que los argumentos de interés del Gran Premio de Europa son más que suficientes. Los precios de la entrada para los tres días también- invitan. Oscilan entre las 4.000 pesetas de la pelouse y las 8.000 de la tribuna de final de recta, el punto más espectacular del circuito. Los organizadores esperan la presencia de más de 60.000 espectadores para batir el registro alcanzado en 1993. El momento, desde luego, no puede ser más propicio.

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