Maturana salió airoso de su semana más critica
Maturana salió airoso de la semana más dura vivida en el Atlético desde su llegada. El partido ante el Valladolid debía servir para resolver varias interrogantes que había despertado la figura del técnico. Sobre el Calderón, incluso, planeaba ya la sombra de su destitución. La goleada apareció cuando más la necesitaba su entrenador. Las dudas quedaron apagadas.La posición de Caminero. El Atlético había centrado el debate de los malos resultados en la posición de su máxima estrella, Caminero. Maturana había probado dos variantes, ambas sin éxito. Por delante de la defensa (perdía poder de llegada y se estorbaba con Simeone) y por la banda derecha (reducía su juego de ataque). El propio jugador se sentía a disgusto en ese sitio y así se lo dijo al técnico. Maturana cedió: devolvió a Caminero a su sitio natural, de media punta, y le concedió toda la libertad del mundo. Hasta tal punto que le encomendó a Kosecki, un teórico delantero, sus tareas defensivas por la banda derecha. La corrección táctica fue un acierto.
Prisionero de los resultados. Maturana no quiere ser prisionero de los resultados, como sus antecesores. Pero ayer lo estaba: una derrota habría complicado sobremanera su continuidad en el banquillo. La obsesión del técnico es jugar bien, no ganar. Con la goleada de ayer, el técnico superó la presión propia de su cargo (el Atlético ganó) y la que le impone su propia sensibilidad futbolística (el Atlético jugó bien).
La titularidad de Abel. Jesús Gil, el dueño del Atlético, se reunió el pasado lunes con Maturana para discutir la situación del equipo. Entre otras cosas, Gil intentó hacer ver al técnico la conveniencia de mandar al banquillo a Abel, al que veía nervioso e inseguro. El técnico ya sopesaba en días anteriores darle un descanso en beneficio de Diego. Sin embargo, la sugerencia de Gil, hecha pública además, le había puesto en un aprieto. Si sentaba a Abel, daría la sensación de cumplir órdenes. Ayer, mantuvo al cancerbero en la portería y demostró quien toma las decisiones en el equipo.
Las quejas de los suplentes. La movida semana de Maturana se completó a última hora con unas oportunistas declaraciones de un par de suplentes (Valencia y Diego). Ambos se mostraron críticos con su entrenador. Ayer, nadie se acordó de los ausentes. La goleada le dio la razón a Maturana en su elección de futbolistas al hacer el once titular.
La lesión de López. Con la baja de López, el Atlético corría el riesgo de romperse por su línea más sólida, la defensiva. Pero no. La línea de atrás funcionó igual, Vizcaíno y Simeone ayudaron en esa tarea con la eficacia de siempre y el Valladolid nunca dio sensación de peligro.
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