El árbitro ciego
La Segunda División padece un ancestral complejo de inferioridad respecto a la Primera porque los resultados de sus partidos casi nunca aparecieron en el marcador simultáneo dardo. Eran aquellas claves de las tardes de los domingos con olor a gol y a puro: Calcetines Ferris 1-0; Camisas Ike 2-3; Arpón 2-1. La gente compraba el periódico el domingo, entre otras cosas, para saber qué partido había detrás de cada clave. Otros tiempos. Luego llegaron los marcadores electrónicos.En la Segunda, además, se juega siempre al borde del ataque de nervios, porque por encima de esta división queda la gloria de la Primera, pero abajo está el desolado desierto de la Segunda B: un infierno. Los equipos históricos -hay muchos- que descienden a esa división saben que pueden pasarse años, o lustros, en el anonimato, anunciando en sus camisetas una firma local de recauchutados.Las tensiones, pues, se desatan. Ocurrió el sábado en el Barcelona B-Orense, 7-0, la que será una de las goleadas de esta temporada. El colegio Miró Pastor practicó un arbitraje rocambolesco, que hizo recaer sobre él las más extrañas sospechas. Expulsó sin motivos claros a cuatro jugadores del Orense y a su entrenador, Antoni Teixidó. Los jugadores de uno y otro equipo han asegurado que jamás habían visto sobre un terreno de juego tal sucesión de desaciertos, en un partido que no ofreció ninguna complicación. De modo que el presidente del equipo gallego formuló al final del encuentro una, propuesta insólita: "Sería aconsejable que ese árbitro pasara el control antidopaje", dijo. El presidente denunció públicamente que los innumerables errores de Miró Pastor tenían su origen en cierta confusión etílica. La Liga, pues, se caldea. Simenon hubiera titulado ese partido como Maigret y el caso del árbitro ciego.
El Rayo Vallecano consiguió frente al Hércules (3-1) su primera victoria en partido oficial desde el pasado mes de marzo, y dio una alegría a su afición castiza y rojomadriles.
Spasic salvó ayer con sus intervenciones varias veces al Marbella del gol frente a un Mallorca mejor situado en el campo, en un partido mediocre pese a ser uno de los más esperados de la jornada. El Osasuna recuperó su condición de favorito al ascenso tras vencer 0-2 al Getafe, con goles de Urban y Moisés. Los navarros inician la escalada hacia Primera.
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