"Tengo muy buenos profesores"
Frío, ambicioso e inteligente, dicen de él los que le conocen, los que le han ido criando como ciclista. Reservado y callado se muestra cuando habla (poco). Su frase favorita, ahora cuando todos lanzan las campanas a vuelo y comienzan a aparecer las inevitables comparaciones con Induráin, es ésa de "yo tengo los pies en el suelo".Es un reflejo más de la modernidad y del efecto Induráin: los jóvenes promesas se reclaman miembros, de una escuela y piensan en una carrera bien estructurada. Sin pájaros en la cabeza. "Tengo muy buenos profesores", dice Casero, valenciano de Albalat dels Tarongers. Y calza un 46.
Pregunta. ¿A quién dedica la victoria?
Respuesta. A mí mismo. Creo que me la merezco. Es el resultado de todo un trabajo y de mucho sacrificio. Claro que todos los que se dedican a esto sufren, pero es así.
P. ¿De verdad sabe tan bien la victoria como se dice? ¿Compensa tanto?
R. Sabe muy bien, muy bien. Cuando crucé la línea de meta en la contrarreloj y vi que había ganado el Tour por poco me tiro de la bici de la alegría que tenía. Y luego todo esto, las llamadas de los periodistas ... Una buena señal: cuando no ganas nada nadie se acuerda de tí.
P. Y ahora ¿qué?
R. Me gustaría ser un hombre de los buenos, un ciclista que luche por las victorias, pero sé que es una cosa muy difícil.
P. ¿Tiene prisa por lograrlo?
R. La victoria ha significado mucho para mí, pero no siento nada especial. La suerte me ha acompañado. Quiero decir simplemente que la victoria me ha dado más ambiciones porque el Tour del Porvenir es una carrera que han ganado grandes campeones. Pero de ahí a lanzarme al vacío... Quiero simplemente ir a más poco, escalón a escalón, a pesar de las presiones, luchar por cosas mayores.
P. Ahora que ya ha ganado algo, comenzará a sentir la presión externa, la que no tenía cuando no era nadie.
R. Eso no me lo he planteado. Me da igual que me exija la gente o no. Además, siempre me he exigido bastante yo a mí mismo. Y en el Banesto me han dado siempre tranquilidad para ir poco a poco.
P. También llegarán proposiciones millonarias de otros equipos...
R. En ese sentido yo tengo la cabeza bien sentada. Sé que tengo un año más de contrato con el Banesto y nada más. También sé que el peligro es caer en calentarte la cabeza. Pero en el Banesto tengo muy buenos profesores, tanto los directores como los, otros corredores, y sé que me ayudarán.
P. ¿Cómo es que un valenciano acabó en la cantera del banesto?
R. Hace cuatro años, en mi último de juvenil, me llamó jaimerena, el director de los aficionados del Banesto. Allí tienen espías por toda España y controlan bastante a los que destacan. Y yo me fui encantado para allá porque sé que en el norte la gente apoya más al ciclismo, se fijan más.
P. ¿Hay un sistema Banesto?
R. El lema podría ser libertad y planificación. Allí te dan libertad. Aparte de Miguel, de cuando hay que trabajar para Induráin, tienes días con oportunidades, que sabes que el equipo va a trabajar para tí. Además, una gran tranquilidad, apenas sin presiones. Por ejemplo, íbamos dos mentalizados para ganar el Tour del Porvenir, pero yo me metí en la escapada buena y desde entonces, los demás trabajaron para mí.
P. ¿Cómo se define como ciclista?
R. Como dicen todos tengo planta de rodador. Me defiendo bien en todos los terrenos. Y luego, la frialdad. No me suelo poner nervioso. En el Tour lo he notado, me ha ayudado mucho el estar relajado, sin dejar que los nervios me bloquearan.
P. Su padre ha sido ciclista profesional. ¿Le ha presionado para dedicarse a esto¿ ¿Le exige?
R. Mi padre siempre me ha dejado libertad para hacer lo que yo creyera mejor. Y yo desde pequeño, prácticamente desde que nací, he estado viendo ciclismo. Cuando era más joven mi ídolo era Hinault porque lo ganaba todo; ahora estoy junto a Induráin que es el que corta el bacalao.
P. ¿Le gusta que le comparen con Induráin¿
R. Cada uno es como es. No me agradan nada las comparaciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.