El Tenerife baja los humos al Zaragoza
El nuevo técnico del Tenerife, Vicente Cantatore, ha restado cierta espectacularidad al juego del equipo, pero a cambio le ha dotado de una seguridad que, por lo visto en La Romareda, puede ser mucho más rentable en la tabla de puntuación.El Zaragoza no ofrece más novedad que la incorporación de Geli, al que le falta acoplamiento, en el medio volante izquierdo.
Eso sí, en los primeros 45 minutos de ayer lució una empanada mental desconocida hace tiempos en estos lares. Ni siquiera el hecho de que Esnaider marcara 0 a los tres minutos tranquilizó los ánimos. Como sucediera en el partido de ida de la Supercopa, el Zaragoza puso el fútbol y las ocasiones pero no acertó.
El Tenerife bastante hizo con aguantar el chaparrón. La inclusión de Chemo del Solar para entretener el esférico en medio campo y dar profundidad a los isleños no sirvió de mucho. Aun así, Aguilera tuvo en sus botas, ya en el descuento, la posibilidad de resolver, pero Cedrún le aguantó en el uno contra uno y el marcador repartió justicia.
El Tenerife no perdió la compostura con este gol, se ocupó de tapar las salidas de Belsué, el hombre más peligroso en las asistencias, y aprovechó la primera oportunidad, en un córner, para que Ramis cabeceara el empate. A partir de ahí los discípulos de Cantatore se hicieron los dueños. Cedieron espacio pero ganaron peligrosidad y Diego Latorre, en una genialidad personal, puso el 1-2 entre el desconcierto de los jugadores zaragocistas y la perplejidad de su afición.
El panorama cambió en el segundo periodo de forma radical. Víctor Fernández sentó a Geli e incorporó al argentino Franco, y el Zaragoza comenzó a funcionar como una máquina bien engrasada. Las ocasiones se presentaban de forma contínua ante Ojeda, aunque tuvo que ser un golpe de fortuna el que propiciara el empate, tras un rechace de Paqui.
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