Vasili Seliunin, economista y periodista ruso

El economista y periodista ruso Vasili Seliunin, diputado de la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento) de Rusia por la fracción Rusia Democrática, falleció de cáncer el 27 de agosto en Moscú. Seliunin, de 67 años, tenía una amplia experiencia en el periodismo económico y se dio a conocer a partir de 1987, sobre todo con sus ensayos especializados publicados en la revista Novi Mir, que constituyeron hitos de la época de la glásnost o transparencia informativa propiciada por Mijaíl Gorbachov. En su artículo Cifras falsas, Seliunin, que era sumamente meticuloso en sus exposiciones, demostró las trampas de la estadística soviética y en su ensayo Los orígenes criticó por primera vez la política de Lenin en la prensa central soviética.Partidario de un cambio radical, Seliunin era un convencido anticomunista y, en 1992, participó activamente en el denominado Proceso al PCUS, ante el Tribunal Constitucional de Rusia. Creyente y consciente de la gravedad de su enfermedad, Seliunin expresó su profunda preocupación por los problemas ecológicos a fines de mayo en una conversación con esta corresponsal. "La ecología es el peligró más grande que existe en este país", manifestó con inquietud el economista, cuyos artículos se habían caracterizado siempre por la gran capacidad de prever el futuro. "Puede haber una avería de carácter global, ya sea en el campo atómico o en el químico. Hay que desarmarse, porque la situación es tal que los llamados patriotas o los fascistas nos pueden meter en cualquier aventura", sentenció cuando ya le faltaban las fuerzas para mantener sus actividades como diputado.

Seliunin apoyó decididamente a Borís Yeltsin en diversas ocasiones, y fue uno de los 43 intelectuales que firmaron una carta pidiendo prohibir todas las organizaciones comunistas y nacionalistas y sus medios de difusión. Entre sus numerosas publicaciones están: La economía sin comunistas (1990), Todo nos irá bien (1991), Propiedad y libertad (1991). Seliunin apoyó la línea reformista del Gobierno de Yegor Gaidar, pero no el programa de privatización, que consideraba demasiado lento.-