EL PALACIO DE HORMAECHEA
Juan Hormaechea, el presidente de Cantabria, aparte de tener un juguete con hélices con el que va y viene, ahora quiere un palacio para él solito. Se ha empeñado en usar exclusivamente la antigua residencia del marqués de Comillas, el palacio de Sobrellano. Resulta que el edificio, con amplios jardines, capillita y pegado al Capricho de Gaudí, ahora es patrimonio de la Diputación Regional, y permanece cerrado al público pese a las protestas de los turistas. Pero Hormaechea sólo lo abre los veranos para dar una cenita a 30 personas, prohombres y mujeres de la aristocracia. Este año se celebró el viernes pasado. Para jalar canapés de entrada, vichisoisse y lubina, servidos por el restaurante Rihn, por encargo de su mujer, y pagado por el contribuyente, que querría visitar el lugar, pero que no puede porque, según el Gobierno que preside el procesado Juan Hormaechea, se deterioraría.-
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