Republicanos y unionistas recurren a la violencia en el 25º aniversario del despliegue británico en el Ulster
Coincidiendo con el 25º aniversario de la llegada del Ejército británico a Irlanda del Norte, la campaña de terror del IRA se extendió este fin de semana a las zonas másturísticas del sur de Inglaterra. Paralelamente, la violencia unionista acabó con la vida de un ciudadano católico en Belfast, elevando a cinco el número de asesinatos registrados en Irlanda del Norte durante lasemana. Los paramilitares protestantes se responsabilizaron de un total de cuatro de ellos. Miles de católicos se manifestaron ayer en las calles de Belfast para pedir la retirada de las "fuerzas de ocupación".
Una de las bombas del IRA explotó el sábado en el centro comercial de Bognor Regis, ciudad costera de Sussex, hacia las seis de la tarde, minutos antes del cierre de los establecimientos. No se registraron heridos, pero los escaparates de 15 tiendas se rompieron como consecuencia de la explosión. El responsable de la policía, Richard Childs, no dio detalles ayer sobre el tipo de bomba empleada, que calificó, no obstante, como "suficientemente grande para matar".En Brighton, una población turística en la costa cercana a Londres, la policía desactivó ayer una bomba colocada en una bicicleta bajo uno de los muelles por los que suelen pasear los muchos turistas nacionales y extranjeros que visitan la ciudad.
Ambas localidades permanecieron ayer acordonadas y cerradas al público mientras miembros de la brigada antiterrorista de Scotland Yard ultimaban sus investigaciones.
Según las últimas informaciones, la bomba de Bognor Regis estaba escondida también en una bicicleta aparcada junto a la entrada de una tienda. "Fue un milagro que no hubiera heridos ni muertos", insistió Childs.
La autoría de ambos atentados se atribuye al Ejército Republicano Irlandés (IRA). Horas antes de la explosión se atendieron cuatro llamadas en Londres que informaron sobre la nueva ofensiva. La policía insistió ayer que en ningún momento se alertó sobre la localización exacta de las bombas.
El 14 de agosto es una fecha crucial en Irlanda del Norte como fecha en la que llegaron las tropas británicas a la provincia. La misión del Ejército, 25 años después, continúa orientándose al apoyo de la policía local, Royal Ulster Constabulary (RUC), con el agravante de que los miembros de las fuerzas de seguridad se han convertido en el objetivo principal de los activistas del IRA.
Hoy en día, un total de 15.400 soldados británicos están estacionados en los cuarteles de Irlanda del Norte, construidos con un doble sistema de alambres y muros metálicos capaces de frenar los ataques con morteros. Además, operan en la región el regimiento local Ulster Defence Regiment, integrado mayoritariamente por protestantes a tiempo parcial, y los agentes del RUC.
El año pasado, el IRA conmemoró el aniversario colocando siete bombas incendiarias en la ciudad costera de Bournemouth, a pocos kilómetros de los objetivos de la tarde del sábado. En esta ocasión, la organización republicana ha demostrado su habilidad en el cambio de estrategia recurriendo, por primera vez, a los candados metálicos para camuflar sus bombas.
Los paramilitares unionistas, por su parte, celebraron esta histórica fecha disparando contra un ciudadano católico en Belfast. Ayer, en un comunicado reivindicando su responsabilidad, los Ulster Freedom Figthers (Luchadores por la Libertad del Ulster) acusaron a su víctima de "actuar como espía" de los republicanos.
Tregua
La reanudación de la campaña del IRA en Inglaterra, donde el último atentado se registró el pasado junio, parece disipar las esperanzas sobre una posible tregua por parte de los republicanos. Los dirigentes de Sinn Fein, brazo político del IRA, se muestran, sin embargo, optimistas ante las posibles perspectivas de paz.
En una manifestación por las calles de Derry, en Irlanda del Norte, el presidente de Sinn Fein, Gerry Adams, resaltó la oportunidad que las negociaciones políticas, surgidas tras la declaración anglo-irlandesa del pasado diciembre, están ofreciendo a los nacionalistas norirlandeses. "Estoy convencido de que estamos en la última fase del conflicto", señaló Adams.
Los problemas de Irlanda del Norte han costado, según un informe de la Universidad de Belfast, publicado esta semana, 23.500 millones de libras esterlinas (unos 4,7 billones de pesetas), a los gobiernos de Londres y de Dublín. A nivel humano, el conflicto se ha cobrado las vidas de un total de 2.538 civiles y 648 soldados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.