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Tres coreógrafos revelan sus 'Sueños eróticos'

La plataforma vasca Arteszena presenta Madrid su primer montaje de danza

Contar sueños ardientes con los movimientos del cuerpo. Eso es lo que Arteszena, la plataforma para la producción y exhibición de espectáculos que depende de la Diputación Foral de Guipúzcoa, quería llevar al escenario en su primer montaje de danza. Hoy presentan en Madrid los Sueños eróticos de tres coreógrafos.

El pasado diciembre, cien bailarines se presentaron a unas pruebas de selección de las que salieron los diez afortunados -seis chicas y cuatro chicos- que en mayo estrenaron las fantasías eróticas de Mar Gómez, Toni Mira y Josu Mujika. Los directores de Arteszena, Fernando Bernués y Maribel Belastegui, convocaron a estos coreógrafos porque querían un espectáculo "Iúdico, accesible, comprensible y divertido".En los tres creadores eligieron los ingredientes de humor" que buscaba la dirección de Arteszena. Para este teatro público es importante que sus funciones puedan ser disfrutadas por un público no habituado al teatro o a la danza. La cacatúa verde, su montaje anterior y primera de las producciones de esta companía, recorrió centros escolares y fue vista por 12.000 jóvenes de 15 a 18 años.

Tres visiones distintas

Con los Sueños eróticos como hilo conductor, los tres jóvenes creadores ofrecen tres visiones muy distintas sobre el mismo tema. Mira, un catalán de 37 años de edad que, además es actor y bailarín, ha enfocado su pieza a partir del sueño de una mujer. Ha elegido ritmos muy suaves y calientes, como el tango, el bolero, el vals o el swing. Iñaki Salvador compuso esta música específicamente para esta pieza. Músico, coreógrafo y bailarines trabajaron juntos durante tres meses hasta concluir esta pieza que para Mira lleva en el título Ias dos palabras más eróticas".

Mar Gómez, valenciana de 23 años de edad, se ha centrado e insiste sobre todo en el lenguaje. "He intentado decir algo de la manera más simple posible. Ése ha sido mi reto", explica refiriéndose a su pieza, que también definía como una "visión personal, sutil y bella del erotismo".

Y Josu Mujika, el único vasco de los tres coreógrafos, ha insistido en el aspecto humorístico del erotismo. Su pieza tiene también algo de teatro. "La gente se ríe, conecta con lo que pasa en el escenario", explicaba el propio coreógrafo ayer a propósito de su obra. El protagonista de la pieza de Mujika es un ciego, "personaje privado de uno de los sentidos que primero actúa en el juego erótico". Aparecen también en este número elementos de carnaval, música rock y ritmos que van desembocando en música dura.

La escenografía de las tres piezas es obra de José Ibarrola, que también ha participado en el vestuario. Iñaki Salvador, además de autor de una de las músicas, ha realizado los arreglos musicales para las otras dos piezas, compuestas por fragmentos de diferentes compositores contemporáneos. Y la dirección del espectáculo ha corrido a cargo de los dos directores de la agrupación.

Los diez bailarines que colaboran en este espectáculo son vascos, aunque, según Bernués, no era requisito que pertenecieran a esta comunidad. Sí lo era que desarrollaran en ella su actividad artística; igual que para La cacatúa verde, su primer montaje, sólo seleccionaron a actores bilingües -vasco y castellanohablantes-.

Bernués reconoce que no contaba con una respuesta tan masiva por parte de los bailarines cuando les convocó para formar compañía. Más aún porque Sueños eróticos es de los pocos proyectos de danza que se han hecho en el País Vasco. "Por eso fue difícil encontrar córeógrafos vascos", dice Bernués.

Arteszena no cuenta con una plantilla de bailarines, sino que para cada producción realiza una selección. El año pasado y éste la Diputación Foral de Guipúzcoa les ha dotado con 90 millones de pesetas.

Sueños eróticos, en el teatro de Madrid (avenida de la Ilustración s/n), hasta el 26 de junio. De martes a sábados, a las 21.00. Domingos, 17.00 y 20.00. De 1.500 a 1.000 pesetas.

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